El corazón alumno limitado, que nunca aprende

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En la universidad la noticia se dispersó, ya había llegado la nueva directora, ya sabían de la boda entre Zoni y Fátima y aquel embarazo, después de leer la nota que salió en diversos medios, como en la gaceta de la universidad y periódicos locales, sin duda esta vez, se habían enterado demasiado tarde.

Aquella mañana de esa nueva semana Estrella nos contó en el receso la noticia, sería madre dentro de algunos meses, Rosalin y Martín se encontraban felices por la noticia, al igual que yo. Luz dejaría un legado, una hermosa esperanza.

—Quiero brindar por este nuevo comienzo—dijo Martín—con aquel vaso de refrescos—espero con ansias la llegada de otro nuevo integrante de nuestro grupo—agrego.

—Hemos pasado por momentos difíciles, los cuales nos han llevado a lo que hoy somos, a valorar cada día, a ver que la riqueza es tener amigos y no riquezas materiales—respondió Rosalin— secundando con su vaso.

—Agradezco tenerlos a ustedes chicos, no hubiera logrado salir adelante sola—respondió Estrella— sin poder evitar derramar lágrimas de emoción.

—No hay nada que agradecer, somos una familia—añadí—cerrando aquel brindis.

—Ya que estamos reunidos hoy, quiero anunciarles que venderé la mansión—respondió Martín.

Era de entender que tarde o temprano pasaría, aquella inmensa propiedad solo traía recuerdos trágicos. Necesitaba también Martín un nuevo comienzo.

—Y ¿ya pensaste donde vivirás? —pregunto Rosalin.

—Me mudaré por un tiempo a casa de mi tío, en lo que se resuelven algunos proyectos laborales y de vida—respondió

La noticia no me había tomado por sorpresa, ya que habíamos platicado con anterioridad dicho tema en la hacienda de mi tía Karen, mientras observábamos la construcción de un sendero adoquinado con faroles que uniría la casa con un jardín que estaba en creación a cargo de paisajistas, un proyecto que mi tío Leopoldo llevaría a cabo para un futuro, donde Yuremí jugaría y crearía grandes momentos con sus amigos, la construcción de algunos columpios, una gran casa del árbol y el centro focal de aquel jardín la creación de un laberinto, un proyecto ambicioso, que sin duda daba por hecho que los vínculos de mis tíos había mejorado, pero seamos sinceros me dolería separarme de él.

—¿Proyectos laborales? —pregunto Estrella consternada.

—Existe la posibilidad que la empresa por motivos de expansión necesite de un inmueble de mayor tamaño y ubicación estratégica—respondió.

—Ósea, ¿qué te mudaras?, ¿dejaras la universidad? —pregunto de nuevo Rosalin. —Todo depende si se consolidan las nuevas alianzas con las otras empresas. —Y ¿a dónde te irías? —pregunto Estrella.

—Posiblemente a la Metrópolis.

Las chicas solo me observaron, sabían que todo cambiaria. Él se iría. Era más que obvio que se consolidarían dicha alianza de las empresas. Pero para mí era un golpe más, el cual no podía frenar, era la superación de Martín y yo prometí apoyarlo en cada momento, en toda decisión, aquel día acabo con un sabor agridulce para mí, había entendió lo que estaría a punto de suceder. 

Aquel día termino, los restantes días de la semana nos reuníamos almorzar, cenar y en ocasiones a desayunar en el Café Gallery, algo nos decía que pronto serían los últimos días en que podría ocurrir, así aprovechamos cada segundo. El fin de semana llego.

Martín se había quedado en casa de mi tía Karen, ya había desalojado toda pertenencia sentimental el día anterior de la mansión, para ser mostrada a los posibles nuevos dueños, aquella mañana Martín haría un viaje a la Metrópolis, a dar el visto bueno con su tío de las nuevas oficinas del corporativo y la suite diamanté que compraría, sentía que lo perdía. Aquella mañana en la que fui el primero en despertar, observe como despertaba entre aquellas sábanas, se empezaban agotar mis esperanzas a su lado. Al ver que era yo quien se encontraba despierto y observándolo se mostró confundido, ya que siempre era el primero en despertar.

—Despierta flojo— susurré a su oído— mientras él con sus manos buscaba acomodar aquel cabello descontrolado.

—Es tarde ya—respondió.

—Son las ocho de la mañana—respondí—debes de desayunar antes de aquel viaje—añadí.

—Crees que tu tía tenga listos sus tradicionales Hot Cakes—comento— mientras se sentaba al filo de la cama.

—Sí, la acabo de escuchar en la cocina.

—Amor, ¿Quieres acompañarme a la metrópolis? —Dijo— mientras se volvía acostar atravesado en aquella cama, llegando su rostro en dirección al mío.

-—Si es lo que quieres, claro que sí—respondí— mientras lo observaba fijamente, levantándome de la cama, no quería lidiar tan pronto con emociones.

Nos alistamos para salir de la habitación con dirección al comedor, ya se encontraba la mucama aseando la cocina y mi tía en la habitación dando un baño a Yuremi, tomamos algunos platos de la alacena y leche de la nevera, tuvimos un desayuno tranquilo, hasta la llegada de mi tía y mi hiperactiva sobrina, la cual tuve que cargar al verme, ya estábamos listos para aquel viaje, el cual empezamos a escasos minutos, observe por el retrovisor de la camioneta a mi tía despidiéndose de nosotros, así empezamos el trayecto, escuchando algunas canciones en la radio, escuchando las novedades del caso de Raquel y la nueva situación que enfrentaba su familia, su madre había solicitado el divorcio al ver que el padre de Raquel no la apoyaba con lo acontecido. 

Llegamos a la Metrópolis, la cual no conocía, solo escuchaba de ella por los viajes de negocios que mi padre hacía esporádicamente. Visitamos las oficinas donde se instalaría el nuevo corporativo, ubicadas en la zona de mayor demanda por empresas privilegiadas, Martín se veía entusiasmando al igual que su tío y los socios. Hubo un pequeño brindis, el cual para mí fue el momento que entendí todo, había llegado el momento de dejarlo extender sus alas, dejarlo partir, no ser un obstáculo para este gran paso, entendí que todo lo vivido había sido oportuno, pero no podía escuchar de nuevo la palabra amor, porque hería de nuevo. Hable con Rosalin en aquel momento para poder dejarlos hablar de negocios y yo calmar mi cólera, al fin de cuentas tal vez todo tenía que ocurrir de esa forma, tal vez por eso Hosmar había regresado, estábamos destinados a estar juntos después de todo, Rosalin en aquella extinta mañana se enteró de aquel pronto reencuentro con Hosmar. 

Tal vez era mi destino después de todo volver a su lado.

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Sountrack

Las cosas que no pude responder - Marwán feat Rozalén

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⏰ Last updated: Mar 04 ⏰

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Cicatrices en mí. (book 2)Where stories live. Discover now