Capítulo 15

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Cuando la razón de tanto misterio hizo acto de presencia, se sobresaltaron de tal manera que no pudieron evitar volver a gritar. De pie frente a ellos estaba el abuelo materno de Oliver, cuya marca personal sería enseñar siempre los dientes. Tal cosa, hacía que pareciera que sonreía mientras le temblaba la mandíbula.

—¡Abuelo! ¡¿Qué haces caminando en la oscuridad?! ¡Tremendo susto que nos diste! No dejas ni disfrutar en paz una película de terror.

—Vengo a buscar lo que es mío —dijo este y luego regresó a mostrarles esa especie de sonrisa o lo que fuese.

—A vaciarme el frío como siempre, ¡ahí no hay nada tuyo! —Oliver colocó ambas manos en sus caderas y le dirigió una mirada de reproche.

Sin embargo, el abuelo optó por ignorarlo para irse hacia la cocina. Segundos después de tan extraño suceso todos, excepto Emilia que se volvió a centrar en su celular, empezaron a reír.

—Vamo' a ver la segunda parte —Oliver seleccionó con el ratón la próxima película que verían esta noche, pulsó enter y la segunda parte de El aro se reprodujo.

Esta película, a diferencia de la primera, se centraba más en la acción que en el misterio. En vez de aburrir con una trama lenta que causaba sueño, te mantenía enganchado con peleas casi épicas. Las escenas finales fueron el clímax pues la mujer protagonista se enfrentaba a la niña fantasma, a la cual bautizaron con el nombre de “la niña del pozo".

—*¡Ripéala! ¡Pártele la cara! —los gritos de Oliver, dirigidos a la protagonista de la película, hicieron reír a todos.

—¡Esooo! ¡Dale con el palo! ¡Tírala al pozo! —Franchis se unió a los gritos de Oliver, al mismo tiempo que Amy empezó mover las manos a lo loco.

—¡Se formó! ¡Por fin le van a ganar a la niña fantasma! —esta última soltó griticos de emoción, incluso saltó en la silla cuando acabó la película.

—¡Calva! ¡Te lo merecías, puerca! —Ra gritó de júbilo al ver vencida a la niña y casi al mismo tiempo, la luz parpadeó unos segundos.

Pese a que tal cosa no era lo más normal del mundo, sus amigos seguían centrados en la emoción que les había producido la película. No notaron los curiosos problemillas con la luz pues bien, ella no iba a ser quien comentara al respecto.

—¿Qué vamos hacer ahora? —preguntó Karen mientras miraba de uno a otro.

—¡Juguemos a la guija! —Amy respondió antes que todos y sí, ya estaba otra vez con ese dichoso juego.

—¡Ayy, sí, dale, juguemos! —Oliver aceptó al momento.

—Dale, vamos —Franchis lo hizo casi a la vez.

—¡Es una idea genial! —dijo Karen mientras juntaba ambas palmas.

Ra arqueó una ceja para mirarlas a ambas con incredulidad. La idea de su hermana era más bien una ocurrencia concebida en un momento, cuanto menos, inoportuno. ¿Jugar a la guija? ¿Otra vez? a Amy le gustaba el riesgo, sin duda alguna.

—No caballeros, no, no jueguen a eso —la voz temblorosa de Emilia les atrajo —¡Ay! ¡No, caballeros, no! —la mirada de esta se turnaba entre los cuatro.

Sin duda, ella tenía algún trauma con la guija y este era tan profundo que la obligó a actuar como voz de la consciencia. Sin embargo, ellos optaron por ignorarla para comenzar la búsqueda de las cosas que utilizarían en el juego. Oliver mandó a cada uno a distintas zonas de la planta baja, a Ra le tocó buscar papel y lápiz en el cuarto de Juliana, la hermana menor de este. Cual mona, ella se subió arriba del escaparate para conseguirlos. Al regresar al pasillo en el que antes estaba, puso ambas cosas en la mesita que había allí.

El Piquete de los Dramas (Pausada) Where stories live. Discover now