Capítulo 11

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En el grupo de amigos Amy desempeñaba el papel de la ocurrente, con esas ideas suyas cada vez más alocadas. Ninguno de los planes de ella decepcionaba, Franchis lo sabía bien porque ese día les deleitó con uno.

Sentado cerca de Oliver en el sofá, con Amy en uno de los sillones y Ra distraída con la computadora de mesa del hogar, Franchis aportaba a la conversación grupal. Entre ellos no existía un tema particular, solo comentarios sueltos que alguno de ellos seguía. Aunque en esta ocasión, todo giraba alrededor de la serie Fairy Tail y los personajes principales.

—Lucy será muy bonita y todo, pero es un poco inútil a la hora de pelear —Amy miró unos segundos el juego que su hermana jugaba en la computadora, de nombre Talismania.

—Eso no te lo niego, por lo menos tiene el látigo para luchar —Ra no dejó de jugar mientras le contestaba a Amy, ese juego de combinar fichas con figuras de leones o pegasos los tenía a todos hipnotizados.

—Látigo que cambia por uno de estrellas que es mucho mejor, incluso obtiene un nuevo poder —Oliver intervino en la conversación, luego le indicó a Ra el gran combo que le haría ganar la partida.

Tres segundos de silencio, lo único que Amy soportaba cuando todos se quedaban callados para mirarse las caras. Ella era bastante parlanchina, tal parecía que no soportaba la calma.

—Tengo un idea —Amy sonrió, solo era cuestión de tiempo para que moviera sus manos de forma descontrolada, signo de que no cabía en sí de la emoción.

—¿Cuál? —Oliver se levantó del sofá y tomó a Amy de las manos. Los dos comenzaron a saltar, acto seguido este imitó su movimiento de alegría mientras ella respondía a la pregunta.

—Es el momento perfecto para jugar a la guija, estamos solos y no hacemos nada interesante —Amy volvió a respirar una vez dijo todo eso de golpe.

Franchis se preguntaba cómo no se ahogaba al hablar, era una de sus tantas dudas internas junto a la de por qué le gustaba abrazar tanto.

—Dale, vamos —él fue el primero en apoyar el plan.

—Siento que será divertido —Oliver no dudó en aceptar.

Ra fue la única que se negó.

—No, yo no juego a eso —ella pausó un momento el juego para luego continuar.

—Ok, mija, pero nos avisas cuando tus padres lleguen —Franchis esperó que Ra dijera que sí, antes de subir con Oliver y Amy al segundo piso de la casa.

Corrieron por las escaleras de losas y se detuvieron en el pasillo para decidir a qué cuarto entrar. El piso de arriba tenía dos habitaciones, el que usaban para guardar objetos en desuso y el baño. Las losas del suelo de las dos recámaras eran azules y blancas, dispuestas de forma tal que creaban una figura en el centro.

Ellos miraron entre los dos cuartos, mas no costó mucho elegir aquel en el que jugarían.

—Amy, vamos a la habitación de tus padres. Nunca hemos entrado y es el momento perfecto —dijo Oliver, Franchis asintió con la cabeza.

—Es el que más oscuridad tiene, podemos jugar ahí —él fue el primero en moverse en dirección al cuarto, el pasillo era bastante pequeño y no estaban lejos.

—Ok, vamos pa' allá —Amy entró y se sentó en el suelo de última.

Se habían sentado para dejar un espacio circular y vacío en el centro. Detrás de ellos estaba la cama doble de los padres de sus amigas, delante la cómoda de madera clara. Mandaron a Amy a buscar papel y lápiz, una vez ella lo trajo de la otra recámara pusieron todo en medio.

El Piquete de los Dramas (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora