Capricho

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-Veo que eres puntual- dice finalmente cruzando la puerta de madera y viendo como su mascota descansa cómodamente sobre Arthur. Usualmente se habría bajado para ir hacia ella, pero parecía demasiado a gusto, talvez era cierto lo que algunos decían, que los animales sentían el aura de las personas y él solo se había mostrado así de tranquilo con Elizabeth- Me alegra que aceptaras venir, aunque por tu reacción creo que no esperabas encontrarme aquí.

-No es tan extraño que visite pacientes, pero se me hizo sospechoso que Nanashi no me diera mucha información.

-¿Y si te hubiera dicho que se trataba de mi, habrías venido?

-No se trata de ti, se trata de Assa ¿No es así? Él es por quién vine hasta acá- responde de forma diplomática.

-Tienes un buen punto- dice pasándole la cartilla de salud- Elizabeth suele llevar su control como te había dicho, pero ahora con su nuevo cargo como presidenta del gremio médico y las clases que imparte en la facultad, no tiene mucho tiempo para atender sus propios pacientes. Me dijo que podría hasta la próxima semana, pero no me gusta atrasarme en sus chequeos, así que preferí que lo vieras tú, al fin y al cabo, ya conoces su expediente.

-Merlín... es una simple vacuna- explica aún sin entender de qué iba todo eso- Pudiste llamar a cualquiera sino tenías tiempo de llevarlo tú misma.

-¿Sugieres que lo hice porque quería verte?- finge molestia.

-Me reservo mi opinión, pero como dije vine por él, así que simplemente me limitaré a atenderlo, sólo espero que recuerdes que ya no tenemos ningún trato, y debes cancelar los honorarios respectivos al final- dice mientras busca su botiquín y comienza a preparar la jeringa- ¿Podrías por favor cárgalo y hablarle para distraerlo? esto sólo tomará unos segundos- le indica el pelinaranja sin querer verla a los ojos.

Merlín sigue sus indicaciones, Assa se tensa un poco pues ya parecía asociar la palabra veterinario, pero cuando él le dirige un par de palabras y mimos, ni siquiera reacciona ante la aguja. Un par de minutos después está en el piso moviendole la cola de nuevo a ambos.

-Puede tener algunas molestias el resto del día, asegúrate de dejarle suficiente agua y si tiene mucha irritación puedes colocarle algo de hielo, si ves alguna reacción extraña, hablame cuanto antes- explica de forma monótona.

-Si, de acuerdo- responde la pelinegra, ambos se quedan de pie sin decir nada. Entonces lo nota guardar su equipo, tras haber sellado y firmado la cartilla.

-¿Es todo?- dice devolviendosela.

Los ojos dorados tratan de hacer contacto, pero él seguía ignorándola. Ella se molesta, más con si misma que con Arthur, no entendía por qué lo había llamado nuevamente, o como se supone que esperaba que reaccionará, pero era obvio que la caballerosidad de esa noche, ahora era reemplazada por fastidio.

-¿No te gusta dar consultas a domicilio, verdad?- trata de relajar el ambiente.

-Si, si me gusta; pero no me gustan los trucos- responde serio. Quería reclamarle un par de cosas, pero no quería ser demasiado grosero con ella.

-Quiero decirte algo desde esa vez, y creo que tú también ¿No es así?

-Lo haría pero seguramente me demandes de nuevo, o es lo que quieres ¿Acaso estás grabando nuestra conversación?

-Creí que nos estábamos llevando mejor.

-También lo pensé, es decir... realmente no tengo nada en tu contra, mucho menos en contra de tu perro, se que él no tramaría nada extraño- señala al piso- Todo esto me parece muy sospechoso, aunque quizás sea solo paranoia mía... pero eso no explicaría el por qué sigo estando aquí.

-Eres muy observador- responde Merlín- Si, tienes razón, necesitaba hablar de algo e hice lo que tanto te disgusta, usar de excusa a Assa para que vinieras.

-Bueno, como prometí que trataría de llevar las cosas en paz contigo, si es que debía volver a tratarte- levanta la mirada finalmente- Habla ¿Qué querías decirme? ¿Qué era tan importante como para no ir a hasta la veterinaria, o simplemente mandarme un mensaje? ¿Quieres saber si le he dicho a alguien lo que pasó o si he andado inventando algún tipo de historia fantasiosa sobre nosotros? Si es eso, pierde cuidado Merlín, jamás lo haría.

-Entiendo- dice abriendo sus ojos de sorpresa.

Las palabras de Arthur le habían abierto un viejo recuerdo, no de uno, sino de al menos 3 tipos con los que había salido, que solían alardear haber llegado más lejos con ella, de lo que realmente había pasado. Siente de nuevo ese escalofrío al pensar que si él se lo decía, seguramente era por que había experimentado situaciones similares, recuerda las pláticas en el pasillo de su apartamento y él como la gente inventaba cosas sobre su intimidad; ambos eran muy parecidos de cierta forma.

-¿Eso te deja más tranquila?

-Si, aunque... ni siquiera había pensado que harías algo asi.

-¿Por qué me tenías comiendo de tu mano? Por eso dabas por hecho de que no volvería a meterme contigo- una nueva punzada en su pecho, esas eran precisamente las palabras que usaba su padre, infundir temor en otros, para que no se levantarán en tu contra.

-No, simplemente por qué algo me dijo que eras una buena persona- exclama haciendo que esta vez Arthur flaquee en estar tan a la defensiva- Talvez por eso te llamé esa noche. Quiero creer que fuiste a pedirme disculpas, no sólo por que tu jefe quería evitar mi demanda, sino porque realmente lamentabas lo ocurrido y... estuve pensando en que nunca te agradecí por lo que hiciste.

-Vaya, sólo te tomó un mes dejar tu orgullo para decírmelo, en serio te quedaste con el cargo de conciencia- ríe un poco Arthur.

-Podrías dejar ya esa actitud cortante, estoy tratando de ser amable y...

-Lo siento- dice acercándose un poco- Es que todo esto me toma por sorpresa, estoy esperando la parte en la que me dices que quieres que vuelva a fingir ante ese tipo, o ante cualquier otro... no sé. Supongo que he tenido muy malas experiencias, que no puedo confiar en que la gente sea sincera.

-Me pasa igual...- murmura- Lamento también lo de hoy, es que supuse que no querrías verme y pues... era algo que tenía que decirte personalmente, además de que en serio quiero que sigas viendo a Assa, te pagaré por supuesto.

-No lo sé- dice negando con la cabeza- Todo esto me confunde, no... no me siento bien después de que...

-¿De habernos besado? ¿De haber pasado la noche en la misma cama? Pensé que para alguien tan popular con las mujeres, algo así no significaba nada.

-No en el sentido que crees, es que todo fue demasiado bizarro, yo... aún sigo dolido por qué alguien me usó y... también estaba molestó contigo, pero algo me decía que no podía dejarte.

-La verdad también fue extraño para mí- dice mientras ambos acortan cada vez más la distancia- Pero agradezco que hayas sido tú, sin importar las circunstancias en que nos conocimos.

Los ojos dorados brillan ansiosos, de nuevo se inclina hacia él, apoyando sus manos en su pecho y Arthur no retrocede, por el contrario se pega más a ella, hasta que sus rostros se juntan. Eso era realmente lo que ambos habían estado buscando todo este tiempo, volver a sentir los labios del otro, era como una especie de elixir adictivo, quizás una ambrosía hecha de sus propios anhelos; o quizás algo más peligroso como una salida errónea que sus mentes proyectaban para escapar de la realidad.

No pensaron en eso, hasta unos minutos después, cuando el aire comenzó a faltarles y se separan esquivando la mirada del otro.

-Merlín... esto no está bien... por favor, ya no quiero que me busques- termina separándose y tomando sus cosas para salir de esa casa.

La pelinegra se queda de pie en su lugar, sin poder mover un dedo, Assa le ladra como indicándole que vaya tras él, pero ella no lo hace. Un par de lágrimas ruedan por sus mejillas, era una tonta y había cometido un nuevo error en su vida. Había lastimado a alguien, y se había lastimado a sí misma de nuevo.

Heal meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora