Los ojos de Merlín se abren cuando escucha el sonido de un despertador a las 7 de la mañana, su mente tarda unos segundos en procesar que ella no tenía ningún despertador sino que usaba su celular, sus ojos dan una vuelta por el lugar que ahora le parece desconocido.
Una alarma se enciende en su cabeza, pero luego comienza a ordenar las ideas, en especial cuando nota el movimiento al lado de su cama y finalmente Arthur se incorpora.
-Lamento si te despertaste, te dije que tengo que hacer turno por la mañana.
-No te preocupes, también debo volver a mi casa y arreglarme- responde Merlín mientras se descubre, está usando la camiseta que Arthur le prestó la noche anterior y él había dormido con una pijama.
-Iré a tomar una ducha- continua dirigiéndose al pequeño baño.
Era un apartamento algo desordenado y sin mayores lujos, la puerta se abre y la gata color oscuro se asoma en la habitación, luego de que fuera expulsada la noche anterior y entonces el celular de Merlín comienza a sonar.
+¿Dónde estás?- Reclama su padre- Me dijeron que te fuiste después del evento de ayer.
-Si, salí con unas amigas, fui por unos tragos y luego era muy tarde para volver a casa, así que me quedé en un hotel- miente la pelinegra.
+Dime el nombre y número de habitación y pagaré la cuenta por ti, si necesitas te enviaré un chófer y...
-No, no, no es necesario- niega Merlín un poco nerviosa- Yo cancele la cuenta por adelantado y estoy por volver a casa.
+¿Dormiste con alguien? ¿Ahora con quién de los hijos de nuestros socios te estás acostando?
-No dormí con nadie- miente a medias- Sólo... Nos vemos en el almuerzo y descuida, no voy a volver a dañar tu imagen, si es lo que tanto te preocupa- termina colgando.
-¿Padres?- dice Arthur desde la puerta del baño.
-Si- la escena le daba cierto dejavu al pelinaranja, otra vez no era suficiente para que ser el "algo de alguien"- Espera, no me veas así, lo último que quiero es que venga hasta aquí y nos arme una escena.
-No tienes que darme explicaciones Merlín, al fin y al cabo tienes razón, no pasó nada- dice volviendo a la ducha.
***
Todo había comenzado apenas unos días antes.
-Aquí están las facturas de Merlín- dice Nanashi dándole las hojas de papel- Los gastos de hospitalización te los cobraré a bajo costo para que puedas pagarlos en 3 meses, las otras dos facturas si corren por tu cuenta, así que este mes te retendré... casi la mitad de tu sueldo ¿Estarás bien con eso?
-Supongo que tendré suficiente para la renta y pues veré pacientes particulares para arreglármelas con los recibos y mis cosas, pero está bien, al menos podemos dormir tranquilos.
-¿Ella te ha escrito después de que fuiste a su oficina?
-Si, un par de veces, vendrá la próxima semana así que también te deberé esa consulta.
-En lo que cabe podemos pensar que es un precio justo.
-Si eso creo- dice Arthur continuando sus labores, no podía negar que sentía algo de tensión por su poco presupuesto los próximos meses, pero creía que podría solucionarlo sin tener que involucrar a nadie más.
***
El día de la consulta finalmente llegó y se sentía incómodo de tenerla nuevamente allí.
-Está vez haré las cosas bien- se dice mentalmente, mientras empieza a llenar el expediente de Assa, preguntándole a Merlín sobre los controles que tenía con Elizabeth.
A pesar de lo extraño de todo, poco a poco iba relajándose al tratar con ella como una cliente normal y no como las acosadoras que solían visitarlo. Ella también descubre que era un joven bastante amable y que sobre todo quería mucho a los animales.
-Pensé que estaba imaginándolo, pero tú te pareces a mi perro- dice con una leve risa.
-¿Debo tomar eso como algo bueno?
-Me refiero físicamente- explica- Mira el color de su cabello.
-Los goldendoodle suelen ser así, pero supongo que es una extraña coincidencia- dice recordado que su propia mascota también se parecía a Merlín- Bueno todo parece normal, seguramente fue un accidente aislado.
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-Si, Nanashi me dijo que debo dejarle suficiente agua y cosas peligrosas fuera de su alcance- explica- Aunque a veces es difícil vigilar que no haga travesuras, porque pasó mucho tiempo fuera de casa.
-Por lo que veo en los reportes, es un animal muy sano, se nota que lo cuidas bien- dice pasando su mano detrás de su cabeza- Lamento todo.
-Ya lo dijiste antes.
-Lo sé, sólo quería recalcarlo y... si vuelves a tener otra emergencia, no dudes en venir o puedes marcarme y estaré donde sea necesario.
-Bueno, lo agradezco y nos veremos hasta el próximo mes- se despiden mientras ella sale del consultorio.
No había sido tan malo, pensó que ella se lo pasaría provocándolo con preguntas tontas, todo para que explotará y la tratará mal de nuevo. O juzgando sus decisiones para estar seguro de que sabía lo que hacía, más o menos lo que decían siempre los contratos, acerca de saber trabajar bajo presión y era algo en lo que él aún no tenía tanta experiencia. Varios clientes solían estresarlo.
