06 : Tú estás con ella

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—¿Me vas a seguir diciendo mentiras? —insiste Benjamín en su tercer intento por indagar qué fue lo que pasó la noche de la fiesta.

—Ya te lo he dicho —le reitero—. Isabel solamente me llevó a casa.

Su mirada se fija en mí y me siento indefensa.

—Ajá —se burla—. Desapareciste al mismo tiempo que ella... Y eso explica por qué no ha llegado —deduce con gracia—; seguramente tuvo un fin de semana bastante agotador.

—No hagas ese tipo de bromas —le advierto—, porque alguien te puede escuchar.

Benjamín sonríe antes de girar su cabeza y voltear a su alrededor para cerciorarse que en verdad estamos solos.

—Soy observador querida —menciona bajando el volumen de su voz— y esto, aquí y en China, huele a algo extraño —concluye con un dedo apuntándome como si me culpara—. Confiesa tú o deja que los hechos lo hagan.

—Basta —detengo sus especulaciones—. Además, Isabel está casada, ¿no?

Benjamín eleva sus cejas e inclina su cabeza hacia un lado; no es necesario que use palabras, porque seguramente, en su cabeza me está sugiriendo que, el hecho de que Isabel tenga familia no es ningún impedimento.

Dejo hasta ahí la conversación, pues no pienso debatir la vida privada, tanto de Isabel como mía en un lugar como éste. De pronto, el sonido de mi computadora indicando que he recibido un nuevo mail, hace que mi atención se enfoque por completo en ello.

Reviso de inmediato la bandeja de entrada y, efectivamente, compruebo que son los resultados de laboratorio que me ha enviado el hospital. En lo primero que pienso es en abrir el documento sin prolongar la espera para saber qué es lo que tengo, pero cuando estoy por hacerlo, Isabel hace su entrada triunfal al salir del elevador.

Por supuesto, los ojos de Benjamín se posan un segundo en ella y después voltea a verme para buscar alguna reacción que me inculpe.

Volteo a ver mi reloj y es cerca del mediodía. Hoy Isabel llega tarde y eso es raro en ella.

—Buenos días —la saludo cuando está frente a mí.

—Buenos días —menciona para ambos, pero después centra su atención en mí— ¿Cómo estuvo tu fin de semana, Mónica? —pregunta con una sonrisa.

—Después de todo, fue el mejor que he tenido en mucho tiempo —menciono refiriéndome a la tarde que pasamos con Julia—. Gracias por preguntar.

—Me alegra que la hayas pasado bien —responde con un guiño que para Benjamín no pasa desapercibido— ¿Te han llegado los resultados?

—Justamente acaban de enviármelos por correo.

—Revísalos —pide de inmediato— y te veo en mi oficina en un momento.

Continúa su camino y entonces tomo un profundo respiro antes de abrir el documento y comenzar a leerlo.

1. Hormona gonadotropina coriónica humana (HCG) en sangre: NEGATIVO.

2. Drogas de abuso de tipo Escopolamina en orina: POSITIVO.

¿Drogas?

Yo ni siquiera consumo drogas. Bebo, sí, pero jamás he consumido alguna otra cosa ilegal. Maldita sea, ni siquiera probé una sola gota de alcohol esa noche.

Me dirijo a la oficina de Isabel, con más dudas que nada e ignorando la mirada de Benjamín.

—Me drogaron —le explico una vez que cierro la puerta.

RelámpagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora