Capítulo 25

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Feliz domingo, zorritos!

Estoy en un momento de mi vida en donde literalmente no estoy haciendo nada, no me estoy presionando con nada, y creo nunca he estado tan relajada antes. Te acostumbras tanto al estrés, que no es hasta que tan solo se te caen cinco cabellos por ducha que comprendes que antes tu cuerpo no estaba bien. Y estoy agradecida por haber descubierto aquello. 

También estoy agradecida por todos ustedes. Nunca deja de sorprenderme la cantidad de autores que se sienten atacados o presionados por sus lectores, y ustedes siempre han sido 100% amor y apoyo. Creo fuertemente que eso es por nuestra relación, tan abierta y directa. Un 50/50 que hemos creado y mantenido. Y los adoro por ello. Confío ciegamente en que si tratas bien a tus lectores, estos no tendrían por qué atacarte luego. Y aquí siempre ha habido respeto y honestidad. Así que gracias por seguir a mi lado.

Como siempre, no se olviden de votar y comentar el cap al final!

Xoxo,

Sofi

***

Si Nikka pudiera pedir cualquier cosa de su vida pasada de regreso, pediría el silencio. Cada día, la voz de Cal era más fuerte, sus acusaciones peores. Ni siquiera podía soportar la idea de volverse y mirarlo, sabía que simplemente no lo toleraría. Él no se detuvo esa noche, ni la mañana siguiente.

Débil. Traidora. Tonta. Ingenua. Nikka había escuchado todo. Débil por haber sido golpeada por un cazador, traidora por quedarse en la Hermandad de todos modos, tonta por preocuparse por Rajnik e ingenua por creer que a Lorcan realmente podría importarle. Porque cuando se trataba de su compañera, ni siquiera le había dejado acercarse. Ella había intentado hablar con él más tarde, pero él no había estado cerca.

Solo otra herramienta. No una persona, sino un objeto. No Nikka, sino una Vasija.

El Comandante la había convocado nuevamente ese día para jugar con los recuerdos de algunos cazadores en busca del traidor. Nada. Ni siquiera conocía los criterios para los elegidos ese día. A ella tampoco le importaba. Su mente estaba más ocupada repitiendo los eventos de ayer.

Las duras palabras de Rajnik. La indiferencia de Lorcan. El hecho de que no le dolía la cabeza, incluso después de que Nexan la hubiera pateado hasta sangrar. El día pasó tan rápido como un suspiro. Antes de que Nikka pudiera darse cuenta, estaba corriendo de regreso a su habitación durante el atardecer, decidida a probar lo imposible.

Cerró la puerta, agradecida por el poco de privacidad cuando sus guardias se quedaron afuera, y buscó la madera torcida de su pequeña cama. Cal seguía diciendo que era más fuerte que los cazadores. Rajnik le había advertido sobre ser una Vasija. Lorcan insistía en su humanidad. Aun así, Nikka quería saber. Si no por miedo, por curiosidad.

Respiró hondo y cerró los ojos antes de estampar su mano normal. La madera cortó a través de su piel y carne. Nikka se mordió la lengua para no hacer ningún ruido sospechoso. Fue rápido y doloroso. Ella sacudió su mano, intentando ignorar la sangre y el dolor, hasta que ya no hubo más.

No debería ser así. Giró la mano, pero la herida no era más que un rasguño. Curación rápida, uno de los muchos problemas que enfrentaban los cazadores en cada batalla. Lo intentó, una y otra vez, no porque disfrutara del dolor, sino porque trató de comprender su nuevo cuerpo. No se sentía correcto. Nada natural.

Sus células se habían quemado esa noche en el bosque y renacido en algo más fuerte, diferente. Su cuerpo estaba cambiando sin que lo sintiera, y eso la asustó más. Nikka intentó mantener la calma, ignorar las palabras de su amigo cuando se volvió hacia la ventana. La noche estaba casi allí.

Sand & StarsWhere stories live. Discover now