Capítulo 17

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Tiempo atrás, un niño fue arrancado de su familia. Asustado y solo, fue forjado por el mismo desierto, aquel que mataba a cientos de personas cada año. Pero de alguna manera, el niño sobrevivió. Aprendió de los zorros a conseguir agua y protegerse del calor. Aprendió a cazar y también a engañar. Si la civilización le había quitado todo, entonces la naturaleza le había enseñado a superarlo.

Así pasaron los años, hasta que su dios le dijo que estaba listo para cumplir su misión. El cachorro regresó con su gente, ahora un zorro adulto, y reclamó el lugar que le correspondía como Gobernante. El Zorro de muchos rostros, aquel educado por el legítimo maestro: la naturaleza. Sus ilusiones no tendrían defectos después de años de estudiar los espejismos. Sus instintos serían los más agudos entre los de su especie tras toda una vida viviendo entre animales. Y su mente no sería algo a vencer, no quien había vencido al mismo desierto.

—Demasiado dramático, ¿no crees? —Rajnik interrumpió la historia con uno de sus comentarios habituales.

No, porque no era muy diferente de las historias que Nikka solía escuchar sobre la cazadora. Verdad o no, la gente ansiaba esperanza. Del mismo modo que ella había necesitado durante todos esos años escuchar sobre Rajnik y todas sus hazañas, creer que alguien invencible estaba luchando por su seguridad, otros lo necesitaban también. Entonces, tal vez, el Zorro era para los de su especie lo que Rajnik para ella.

Nikka permaneció en la esquina. Le había estado explicando al Comandante cómo funcionaba su poder, Deliah a su lado después de horas en la biblioteca de rápida historia de los cazadores, cuando Rajnik y Lorcan habían aparecido para hablar sobre su descubrimiento. La información que la Hermandad tenía sobre los Gobernantes era extremadamente limitada, y con el Zorro probablemente deambulando por la Capital, cualquier pista era una bendición.

Rajnik continuó con la historia. Solo, el Gobernante había llegado al poder, asegurándose de que ningún salvaje u hombre dudara de su capacidad. Nikka había visto lo suficiente en Arcadia para saber qué significaba eso. Sangre, muerte. La historia de esperanza se convirtió en una de terror. El Zorro podía hacerse pasar por quien quisiera, meterse en cualquier edificio con el rostro de un aliado y un cuchillo escondido en su espalda.

La expresión del Comandante solo se ensombreció más o más. Los dedos de Deliah tamborileaban contra su pierna. Nikka había experimentado el desierto, la parte más suave del mismo, y no podía imaginar qué tipo de monstruo podría haber sobrevivido durante años en el corazón de este. Qué monstruo se habría levantado.

—¿Cazadores mataron a su familia? —preguntó el Comandante y Rajnik simplemente se encogió de hombros—. Es por eso que no dejamos familiares con vida. El resentimiento crea enemigos fuertes.

Si un cazador hubiera matado al Zorro desde el principio... ¿Cuántos inocentes podrían haberse salvado? ¿Cuántas vidas perdonadas? Rajnik murmuró algo acerca de no saber la edad del Zorro, los Gobernantes siendo inmortales bajo los hábitos correctos. Alguien que había sobrevivido años en el desierto debía serlo.

Lorcan permaneció en silencio cerca de la puerta. Nikka quería pedirle su opinión, pero se detuvo tan pronto como notó la tristeza en sus ojos. ¿El Zorro le había quitado a alguien?

—Fiable o no, la mejor manera de derrotar a un enemigo desconocido es conocerlo mejor —Rajnik apoyó la cabeza en una mano—. Una pista es una pista. Tal vez podamos rastrear a qué parte del desierto pertenece, y luego buscar más información allí.

—O podríamos traer al testigo aquí e interrogarlo —comentó Deliah, Rajnik negó con la cabeza.

—No comprometeré mi fuente. ¿Crees que seguiría consiguiendo información si algo le sucediera?

Sand & StarsWhere stories live. Discover now