Capítulo 12

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Feliz sábado, zorritos!

Lo sé, sigo luchando contra mi TOC y forzándome a subir incluso si es tarde. Y Loki, que cuesta esto. Quería subir ayer, pero como sabrán quienes me siguen en twitter, estoy en medio de lo que una médica calificó como "la peor sinusitis que he visto en mi carrera". No exactamente el modo en que buscaba ser recordada... Así que entre los antibióticos y malestar, es difícil hacer algo más que retorcerme en mi aburrimiento e incapacidad de siquiera concentrarme para leer. Por suerte, estoy un poco más viva que el fin de semana pasado y debería terminar con el tratamiento este lunes/martes. 

Espero se encuentren mucho mejor que yo, la vara está muy baja aquí. Cómo los está tratando este nuevo año? Andan disfrutando de la historia?

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final!

Xoxo,

Sofi

***

Ella en serio estaba cabreada.

Lorcan echó la cabeza hacia atrás, fingiendo no escuchar los fuertes ruidos al otro lado de la puerta. Había llegado antes de tiempo, la reunión anterior todavía en sesión. El Comandante era un hombre ocupado y Rajnik una tormenta incontrolable. Se oía furiosa. Casi rio, su compañera era demasiado baja para ser tomada en serio cuando andaba furiosa en una oficina. Destino, había extrañado aquello. La vida en Venvia era demasiado predecible y tranquila. Incluso en la Capital lo era. Pero Rajnik siempre había hecho probable lo inesperado.

Y estaba tan aliviado de tenerla de regreso. No debería ser así. Estar con Rajnik se sentía como bailar sobre vidrios rotos. La última vez no había terminado bien y Lorcan no quería revivir esa situación así como tampoco podía olvidarla. Él la había lastimado, esa era la verdad. La había hecho llorar cuando Rajnik siempre parecía incapaz de algo así. Y ella podría ser todo sonrisas y charlatanería ahora, pero esa chica era todo falsas apariencias. Ella no había olvidado así como él no se había perdonado a sí mismo.

¿Qué estaban haciendo? ¿Actuando como si nada hubiera sucedido? ¿Volviendo a ser compañeros cuando la confianza se había roto hacía años? ¿Cómo protegerla cuando él no había cuidado bien de su corazón?

La puerta se abrió y Rajnik salió, sus manos en alto y su cabello desordenado. Murmuraba algo sobre palomas mensajeras y prescripciones médicas. Lorcan se enderezó al verla. Debería estar descansando, sus heridas peores que las de él.

—¿Tan malo fue? —preguntó y solo entonces ella lo notó.

La furia abandonó su rostro en un instante, reemplazada por simple sorpresa. Parpadeó, luego se cepilló el cabello con los dedos. Apenas era la tarde, y no habían almorzado juntos ni se habían visto desde el entrenamiento de la mañana.

—Siempre puedo hacerlo peor, —Rajnik sonrió y le guiñó un ojo—. Solo dame otra oportunidad.

—Deberías ir a casa.

—Y tú no deberías darme órdenes, —respondió ella—. Tú también estás herido.

—Solo unos rasguños.

Rajnik suspiró y se acercó. A esa distancia, podía ver los vendajes debajo de su delgada camisa. Un recordatorio de lo que pasó, de lo que había hecho. Porque si él hubiera estado ahí para ella... Si no la hubiera dejado ir...

—Tienes suerte de estar vivo, —dijo—. Debes descansar y entrenar, y una vez que vuelvas al ruedo, cazaremos. Pero hasta entonces, te ganaré tanto tiempo como pueda con mi condición porque no puedes cazar sin mí.

Sand & StarsWhere stories live. Discover now