Dylan se rindió, no podía contra dos críos. Así que pidió refuerzos, llamando a los padres de Scott. Le habían dejado acompañarlo al parking porque iba a despedirse de él, no vieron nada malo en dejar que fuera con ellos. Después iría a casa y esperaría a que Oliver le envíe un mensaje diciendo que había llegado, pero Scott se negaba a hacerlo.
-Scott... - el beta escondió su rostro al oír a su padre. – Esto no es lo que habías dicho antes de bajar. – parecía un poco enfadado. – Bájate, no sigas con esto.
-Mi niño, te harás daño. – su madre en cambio estaba preocupada. – Vamos a casa, he preparado la comida que más te gusta, ven conmigo. – negó con la cabeza. – Mi vida, Oliver tiene que irse, pronto cerrarán la universidad y no podrá entrar, vamos, es un buen chico y baja de ahí. – le gruño. – Scott, no me gusta que actúes así, no te enseñe a ser un chico tan berrinchudo.
Ni siquiera sirvió la ayuda de Lily y su madre, eran seis personas contra uno, y él los estaba ganado. Ya que todos tenían miedo de hacerle daño si lo obligaban a bajar de manera brusca, y también les preocupara que se hiciera daño a él mismo si tiraban con demasiada fuerza.
-Scotty... - miró de reojo a Oliver. – No hagas que sea tan complicado, no será tanto tiempo. – lo volvió a ignorar. – Estaré aquí para tu cumpleaños. – sonrió. – Me tendrás de vuelta dentro de siete días, si bajas del techo podremos despedirnos hasta entonces. – acarició su brazo con cariño. – Te traeré un regalo ¿Qué quieres?
Tenía las mejillas rojas y húmedas cuando decidió bajar, en sus manos había pequeñas marcas por la fuerza que estaba haciendo al intentar detener a Oliver. Scott se volvió pequeño en los brazos del beta cuando este lo abrazo, le suplicaba que no se fuera.
-¿Y si me duele el pecho? – Oliver besó su frente. – Me olvidaré de mis ejercicios, estoy seguro. – le advirtió. – Todo el trabajo que hemos estado haciendo juntos, lo olvidaré y volverá a dolerme el pecho.
-¿Me estás amenazando? – asintió sin remordimientos. – Scotty, no digas esas tonterías. – lo regaño. – Incluso si tengo que hacer video llamadas, harás los ejercicios como siempre. – el beta le hizo una mueca. – Prométeme que no harás tonterías. – lo volvió a ignorar. – Tu mamá me contará todo lo que hagas, me enfadaré mucho si no haces tus ejercicios.
-No sé hacerlos solo. – mintió. – No puedo, son complicados, creo que ya estoy empezado a olvidarlos. – se quejó. – Ves, no puedes irte, seré descuidado si te vas.
Oliver pellizco sus mejillas con cierta maldad, antes de volverlo a regañar. Scott volvió a hacer brillar sus ojos para pedirle que se quede, mientras fingía tener un ataque de tos. Su novio sabía cuándo mentía, era fácil descubrirlo, Scott había aprendido a engañarlo para quedarse más tiempo a su lado, su práctica empezó cuando se enteró de que iba a estudiar en la universidad y se mudaría a una de las casas que estaba cerca. Scott lo miraba de reojo mientras intentaba ocultar su rostro, si no lo veía directamente lo asustaría más.
-¿Eso no es tu tos habitual? – el beta se detuvo. – Scotty, se lo que intentas hacer, pero no lo vas a conseguir. – siguió con su drama. – Puedes provocarte un ataque si sigues así, detente. – no lo hizo. – Scotty, tus padres te están mirando ¿Crees que les gusta lo que estás haciendo? ¿Quieres volver al hospital de nuevo? – negó con la cabeza. – Entonces nada de bromas. – replico. – Voy a darte un abrazó y subiré al coche con mi papá, no quiero que vuelvas a hacer lo de antes, y mucho menos que te provoques la tos.
-Puedo ponerme enfermó, lo sabes ¿verdad? – asintió. – Y ya no estarás cerca para ayudarme.
-Te abrazaré. – sonrió. – Te daré un besó en la mejilla y quiero que me sonrías, sin nada de dramas, también debes hacer tus ejercicios, Liliana te ayudará si son muy complicado. – Scott inflo sus mejillas. – Nada de berrinches, este año por fin serás mayor de edad. – le guiño el ojo y le susurro. – Te cumpliré el deseo que me pediste el año pasado, tan solo si no haces ningún berrinche.
YOU ARE READING
Hasta el final del camino
RomanceDespués de la extraña desaparición de su alfa, Nevan se encuentra solo en su nueva vida. Sin nadie que pueda ayudarlo. Su única esperanza es mudarse al barrio de los omegas, un lugar donde descubrirá que no todo es tan fácil como parece. Solo y si...
CAPITULO 91
Start from the beginning