8. Necesito que hagas un trabajo

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Aquellas palabras me habían transmitido algo de confianza en mí. Quizás no llegara a nada, pero al menos iba a tener la oportunidad de intentarlo, y con su ayuda. Tampoco me veía futuro en el rap, como en nada. Pero no iba a vivir toda mi vida del dinero que tenía, todo se acaba, y eso también.

No sé en qué momento de mis pensamientos mis labios se juntaron con los suyos, jugando, deseosos, pidiendo más. La ropa empezaba a sobrar y no tardamos mucho en apartarla de nuestros cuerpos. No podía notarse el amor, porque no existía, pero sí la conexión y la complicidad notada anteriormente, eso juntado con las ganas que teníamos el uno del otro.

No puedo decir que fue el polvo de mi vida, mentiría. Pero sí puedo decir que fue diferente, intenso, me gustó. Tras este esfuerzo él se tumbó en el sofá y me pidió que me tumbara encima de él, apoyándome en su pecho, mientras apartaba el pelo de mi cara:

-Ya veo que conmigo te estás acostumbrando a los impulsos -Sonrió levemente tras decir esto.

Ante aquello no era fácil responder algo, ni siquiera sabía si debía de aportar algo, así que decidí quedarme en silencio, pero se ve que el mundo odiaba la tranquilidad y no tenía otro momento para molestar. Me levanté de aquel sitio en el que estaba tan tranquila, me puse su camiseta, que me quedaba lo suficientemente grande como para abrir la puerta sin quedar mal. Al abrir estaba ante mí otro de los chicos que llevaban unas horas dando vueltas por mi cabeza:

-Vaya muñeca, te veo con muy buena cara.. -Hizo un intento, que fue evitado por mi parte, de levantarme la camiseta.- Y con unas pintas para comerte aquí mismo -Eso último me lo dijo en un susurro y al oído.

Al notar unos pasos me separé de Juan lo más rápido que pude y giré la cabeza en dirección a Óscar, que estaba en calzoncillos y con una tranquilidad como si aquella fuera su casa:

-Me suena muchísimo tu cara.. -Añadió Juan un poco confuso.

-Ya veo que tú estás más metido en el rap que esta señorita, aprende de él -Se dirigió a mí para darme una palmada en el trasero y acercarse bajo la atenta mirada de Juan.

-Y yo ya veo que lo de quedar con Ambkor no era una broma, y por lo que veo sois algo más que amigos -Al acabar la frase cerró la boca para cerrar su mandíbula con rabia.

Ni siquiera me dio tiempo a decir algo cuando Óscar lo hizo por mí:

-No estamos juntos, simplemente somos amigos con derecho a roce, ¿Verdad Sarah? -Asentí ante su pregunta.- Y bueno, cambiando de tema -Hizo una breve pausa.- ¿Nos cambiamos y vamos a tomar algo los tres?

Nos pareció una buena idea así que fuimos a cambiarnos, y sin intercambiar una palabra con Óscar nos pusimos la ropa y regresamos a la puerta, donde nos esperaba Juan. No nos hizo falta ir en coche, el bar estaba muy cerca. Llegamos y pedimos tres cafés, mientras tanto la conversación ya iba tomando forma:

-Hay algo que tengo que preguntarte, ¿Cómo es trabajar con Kaze?

-Muy simple tío. Es un chaval muy creativo, siempre está dispuesto a darle un toque muy diferente del panorama español a sus letras. Aparte de que es un tipo estupendo. Un crack como profesional y como persona.

-Con Endecah has hecho varias colaboraciones, supongo que te tienes que llevar muy bien con él.

-Es como un hermano de distinta sangre. Nos compenetramos muy bien.

El café vino y ellos siguieron con su tema. Estaba allí como quien está de cuerpo presente, pero tiene la mente en el espacio, hasta que oí mi nombre:

-Y dentro de poco va a haber una colaboración muy especial, con Sarah.

-¿Con ella? ¿Qué dices?

-Al margen de participar en mi último videoclip, "No queda nada", que podrás verlo dentro de poco, he leído un tema que ha escrito ella y me ha impresionado para bien, así que en nada espero grabar con ella, siempre que acepte, claro.

La cara de Juan en aquel momento era un completo poema. Dejé de tener protagonismo de nuevo y volví a poner mi mente en otro planeta que no era este, hasta que una llamada en mi móvil me hizo volver al mundo real. Miré la pantalla y al ver aquel nombre me levanté de la mesa y me alejé, no era algo bueno que escucharan aquello:

-Dime.

-Necesito que hagas un trabajo, y como de costumbre, no te llamo con mucho margen, tendrás que ir yendo.

-¿De qué se trata?

-Tienes que infiltrar material en un local, cuando acabe la llamada te mandaré un mensaje con el pedido y la localización. Pero no podrás hacerlo de cualquier forma, es un sitio muy vigilado por la policía. Te harás pasar por una striper. Nada más llegar pregunta por Noelia, ella te dará la ropa de trabajo y tú le darás la mercancía y también te explicará tu función durante la noche, aunque creo que no será excesivamente difícil -Tras decir esto colgó y ni siquiera me dio tiempo a guardar el móvil cuando pude ver un mensaje suyo de WhatsApp donde estaba lo que me había indicado en la llamada.

Me acerqué de nuevo a la mesa para despedirme de Juan y Óscar:

-Bueno chicos, debo irme. A ver si quedamos otro día los tres -Sin darles tiempo a responder fui andando hasta el lugar que se indicaba en el mensaje.

A pesar de que aquello estaba bastante lejos el camino se me hizo más bien corto. Una vez que estuve frente a la puerta no dudé ni un segundo en entrar.

El ambiente allí dentro era cargado. Dejé lo de observar el ambiente a un lado y me centré en mi misión, así que me acerqué a la barra para preguntar por Noelia. En la barra se encontraban un chico moreno, con ojos azules, atractivo y una chica morena, con una camiseta que recalcaba bastante sus cualidades y que seguramente atraía a cualquier chico. Opté por preguntarle a la chica:

-Buenas, ¿Está Noelia?

Aquella chica ni siquiera me respondió, pero se fue para lo que parecía ser un almacén y regresó con una chica de más o menos mi misma edad, alta gracias a los tacones, rubia, bastante maquillada y con una sonrisa en su rostro:

-¿Tú eres Sarah, verdad? -Asentí y nos adentramos en la pista.

Soy y seréWhere stories live. Discover now