"¿Sabes lo que verdaderamente buscaba?
Qué me notes, así como solías hacerlo...
¿Lo recuerdas?
Justo antes de que todo esto pasara, antes de que nuestros caminos se hundiesen en lo más profundo de un pozo, encerrados y apartados del exterior...
Sol...
Pronto, la oscura noche se apoderó de todo el pavimento al envolverlo. A su vez que la resplandeciente luna hacía notar su presencia, iluminando cuál lugar lleno sumido en la oscuridad se le presentase. Bajo sus pies, dos siluetas. Una perteneciente a una hermosa y joven mujer, mientras que la otra correspondía a un hombre joven, yacían juntos cerca a los monumentos de piedra.
El permeneció de espaldas, aferrado al silencio. Durante unos instantes, solo se limitó a escuchar todas las palabras que ella pronunciaba, hasta que finalmente sintió la necesidad de interrumpirla.
—Hola, Naruto —susurró ella con voz entrecortada, consiente de la posibilidad de ser rechazada—. Sé que tal vez no quieras hablar conmigo, ni verme, pero hay algo que tengo que decirte —su voz fue seria y sincera—. Seguramente debes odiarme, y te entiendo. Lamento mucho todo lo que pasó, yo nunca quise que esto terminara así...
—Será mejor que vayas a casa Ino —su tono de su voz fue suave, más no uno de rencor—. Ya es un poco tarde y ...no, no te odio —confesó —. ¿Cómo podría hacerlo si yo aún ...
—Aún ....... —susurró ella, acercándose hasta quedar pegada a su espalda.
En ese instante, ninguno de los dos pudo anticipar que solo la luna y las estrellas serían testigos de lo que acontecería en aquella hermosa y mágica noche.
Esta es la historia de Naruto Uzumaki e Ino Yamanaka. Sin embargo, este momento que estoy narrando no fue el comienzo de todo. Esta historia tuvo inicio hace muchos años. Hace muchos años cuando apenas eran solo unos niños de ocho años.
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If You Knew
Fue durante las apacibles épocas de otoño, en las que sus fríos vientos realizaban su recorrido diario por toda aldea, llevándose consigo cuáles diminutas y débiles hojas encontrasen en su cámino.
A la vez que algunas hermosas flores como tulipanes, claveles, amapolas, gardenias o lirios se preparaban para deslumbrar y robarse la atención de todos cuando llegase la tan ansiada primavera. Aunque para presenciar ese espectáculo floral aún faltaba unos cuantos meses.
Eso lo pudo notar la pequeña Ino Yamanaka, quien se encontraba en la floristería de sus padres, contemplando y arreglando dichas flores que aún permanecían cerradas.
—¿Es cierto que en primavera estas flores serán la mayor sensación y las más vendidas por su belleza? —sonrió Ino hacia su madre con curiosidad.
—Claro mi pequeña. Estas flores serán de las más hermosas y las más solicitadas por todos —le respondió su madre, una mujer joven de cabello castaño, devolviéndole la sonrisa mientras le acariciaba su corto cabello—. Sobre todo porque suelen ser el regalo preferido de parejas muy enamoradas o también pueden ser obsequiadas a alguien muy especial.
