Cap8. El resto del invierno

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La hora de la comida tardó una eternidad en llegar. Mi señora sonreía de manera afable desde su lugar en la mesa cuando llegué a su cuarto y tomé asiento.

"Lamento haberla hecho esperar" me disculpé de inmediato.

"No has llegado tarde, Ferdinand. Gracias por acudir a comer conmigo. Escuché que los alumnos han recibido bien los platillos que Hugo ha estado preparando para ellos."

"Así es, milady. No han parado de comentar lo bendecida que debe estar usted por Cuococalura si puede superar de ese modo la cocina de la Soberanía. Hugo estaba bastante orgulloso mientras esperaba a que se le permitiera volver a su casa hoy en la mañana para tomarse un descanso."

"Ya veo" me respondió con una sonrisa adorable "¿te importaría entregar a Hugo unas notas mañana, Ferdinand? Elah hizo algunas mejoras a varios platillos que quisiera que Hugo revise, pruebe y trate de mejorar con los ingredientes que se encuentren en la cocina de la Soberanía. Ya he conseguido la aprobación de mi padre para ello."

"¡Se hará como pide, milady!"

La comida siguió en calma. Di un informe a Lady Rozemyne sobre mi desempeño en la academia y luego hablamos un poco acerca de Hartmut. Al parecer, le había ofrecido su nombre a mi señora apenas llegar a la audiencia que tuvieron en la mañana. El chico estaba desesperado por trabajar para ella sí, como mi señora me explicó al ver mi confusión, estaba dispuesto a entregarle su vida.

"Le dije la verdad. No puedo aceptar su nombre y no deseo tomar asistentes nobles aún."

"Pero, mi Lady..." no me dejó formular mi pregunta. Mis emociones debían ser tan notorias como clamaba Lady Georgine porque mi señora no necesitó escuchar más.

"Tú eres diferente, Ferdinand. Eres un sacerdote que ha sido elevado a noble... no tengo problemas con que mis sacerdotes sigan apoyándome como nobles. ¿Lo entiendes?"

"Si, mi señora."

Ella me sonrió complacida y... ¿aliviada? En ocasiones como esta soy incapaz de comprenderla. Supongo que no tenía mucha importancia si ella estaba feliz. Después la conversación se desvió una vez más. Mi señora había adoptado más huérfanos para tomarlos como asistentes para ella y para mí. Me los presentó apenas terminamos de comer.

Haciendo un recuento, nuestros grupos de asistentes se habían agrandado bastante. Por un lado, teníamos a los devoradores Damuel y Tuuri de diez años que eran hijos de soldados y a Dirk, también de diez. Huérfano.

Por el otro estaban los niños nobles que mi señora aceptó para salvarlos de una situación problemática en casa. Los hermanos: Philine de nueve años y Conrad, de siete. Luego estaban Grettia de nueve y Matthias de diez.

Además de ellos, mi señora encontró niños de origen noble que fueron abandonados en el templo por sus familias tiempo atrás. Muriella, Brunhilde y Laurenz de diez años, así como Roderick de nueve.

Estos eran los niños que mi señora había decidido tomar bajo su protección.

"¿No tendremos problemas después, milady?"

No es que estuviera receloso de aceptar a tantos nuevos de inmediato, solo me preocupaba que algo de esto pudiera afectar de algún modo a mi señora.

"Para nada. Mi padre ya ha dado su aprobación. Gracias a las empresas que me ayudaste a crear tengo algo de dinero para asegurarles protección. Todos ellos son inteligentes y tienen la posibilidad de elevar su nivel de maná. Creo que merecen una oportunidad de tener una vida mejor. ¿No estás de acuerdo?"

Lo estaba, así que sonreí sin hacer más preguntas.

Milady me solicitó que permaneciera a su lado esa noche. Me senté en su cama después de la cena y me dediqué a peinarle sus cabellos.

El ascenso de un científico loco, ¡Descubrire como funciona el mundo!Where stories live. Discover now