Capítulo 23: Número 19: El nuevo Ku Klux Klan

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Echo de menos West Yellowstone y a mis amigos de allí, bueno, si se pueden llamar amigos a la camarera cotilla del bar del pueblo y a un hombre sabio.

Les echo de menos a ellos y Martha, la diferencia es que a ella la voy a ver pronto aparte de que mantenemos contacto.

Debo llamar al Cherrie's para hablar con Darcy y con Gus. Por suerte me sé de memoria el número del bar y por la hora que es aquí seguro que ya han abierto allí ¡voy a sorprenderles!

Marco el número y obviamente da llamada y rápidamente contesta la mujer más cotilla del mundo (y se queda corto)

-Cherrie's ¿dígame?

-Buenos días bella dama.

-A vacilar a tu madre Scott.

-JAJAJA.

-Sí, sí, ríete, que te he reconocido al momento encanto.

-No esperaba menos de la mejor camarera del mundo.

-Ya, ya, deja de vacilarme hombretón y dime porque tú culo no está en el asiento del medio de la barra de este bar cada mañana desde hace meses.

-Me tienes muy controlado Darcy.

-¡Claaroo! Llevabas tantos años haciendo la misma rutina que se convirtió también en mi rutina.

-Ya lo veo ya.

-Responde guapito ¿dónde coño estás?

-Ya veo que sigues igual de amable Darcy y respondiendo a tu pregunta: viaje de negocios.

-¡No te lo crees ni tú!

-No miento.

-Venga ya, te conozco y tú no moverías el culo de aquí si no fuera por algo importante. Pero claro el gran hombretón Scott Johnson el que tiene el miembro más grande que su orgullo, el que es más serio que un cura, no se va a dignar a contar a su querida camarera, vecina y amiga lo que hace.

-Me vas a sonrojar con tantos piropos.

-No vas a decirme nada ¿verdad?

-A su debido tiempo, cuando vuelva te lo contaré todo a ti y a Gus. Porque sigue vivo ¿no?

-¡Claro que sigue vivo, no es tan viejo! Aunque es verdad que habla como si fuera más viejo de lo que es.

-Me alegro, también quiero hablar con él.

-Todavía no ha llegado, ya le diré que te llame.

-Gracias, es un detalle.

-De nada encanto, bueno, algo podrás contarme, ya que has interrumpido mi duro trabajo.

-¡Cuentista!

-¡Gilipollas!

-Jaja, bueno, algo te puedo contar sí, pero no te lo vas a creer.

-Prueba y verás encanto.

-He adoptado a una niña.

-Tenias razón no me lo puedo creer.

-¡Que sí coño! Ya tiene nueve años se llama Martha la conocí en Londres es huérfana y la he adoptado, ahora somos padre e hija, nos veremos en Navidad y cuando acabe mi viaje de negocios volveremos a West Yellowstone juntos.

-Qué gran noticia Scott, me alegro mucho encanto, así no estás tan solo, me va a encantar ser la Tía Darcy, aunque se de alguien que se pondrá triste con esta noticia.

-¿Quién?

-Pues Marlene.

-¡Darcy por favor!

-¿Qué pasa? Era tu ligue y además te echa de menos, sigue recordando esa noche que pasasteis juntos. Podría ser la madre de tu hija.

PAUSADA El mercenario Where stories live. Discover now