La segunda sala era muy diferente, para pasar a ella tuvieron que cruzar un pasillo arrastrándose por el piso, si alguien tocaba alguna de las cuerdas, debía empezar de nuevo, fue bastante agotador. Scott se burló de Oliver en varias ocasiones porque siempre debía repetir desde el principio, ser alto y fuerte no le ayudaba en aquel momento.

-Deja de reírte, pequeño escandaloso... - inflo sus mejillas avergonzado. - ¿Por qué me esperaste? Pensé que querías ver las reacciones de Emily.

-Tenía miedo de que te perdieras. – respondió con irónica. – Y quería ver cómo te enfadabas cada vez que hacías pitar la alarma. – se carcajeo.

-A veces me gustaría ser pequeño y ágil, como la princesa. – Scott no podía aguantar la risa. – Pero me toco crecer.

-Han tenido piedad de ti, después del décimo intento. – puso su manos sobre el hombro. – Tu trasero es grande.

-Scotty... - el beta podía entender lo que decía Oliver, aunque estuviere casi susurrando. – Deja de burlarte de mí.

-Es que era muy divertido, Oli. – se sentía feliz de verlo bien. – Sobre todo cada vez que te asustabas.

Oliver abrazó a Scott como venganza por burlarse de él, mientras lo llamaba gran escandaloso. Scott sentía que sus mejillas estaban rígidas de tanto reírse. Emily los llamó al ver que entraban a la sala. Nevan y Lily se encontraban en una gran piscina de bolas de colores, intentado atraparla.

-Tío Oliver, soy más rápida que tú. – grito. – Aquí se nadar muy rápido.

-Ve con ella, te está esperando, Oli. – Scott golpeo su trasero para que entrara. – Estaré detrás de ti.

-Ten cuidado, Scotty. Puedes ahogarte si pierdes el equilibrio, si no te sientes bien, puedes ir apoyándote en la pared. – el beta le gruño. – Te cubre hasta el pecho.

-Estaré bien, deja de preocuparte por mí. – se quejó. – Ayuda a tu hermana a atrapar a Emily, yo iré con Nevan.

-Si te encuentras mal, avísame. – asintió. – Ten cuidado aquí, por favor.

Oliver intento atrapar a Emily fingiendo que se ahogada, la atraparía cuando estuviera cerca de él, pero la pequeña no le creyó. El beta fue atacado por un sinfín de bolas de colores, hasta que levantó los brazos a modo de rendición. Emily aplaudió orgullosa su victoria, mientras Lily la ayudaba.

-Creí que estabas de mi parte, Liliana. – la beta negó con la cabeza. – Eso no es justo, soy dos contra mí. – escucho la risa de Emily. – Me rindo, me rindo...

-El tío Oliver tendrá que llevarme a caballito en la siguiente sala. – sentenció con orgullo.

Nevan y Scott los esperaban sentados en una colchoneta que había al final de la sala, junto a la puerta. Emily se divirtió mucho en aquel lugar y más cuando pudo verlo todo desde lo alto. Su papá y sus tíos tuvieron que jugar arrodillados para estar en igualdad de condiciones.

-¿Te gusta tú regalo? – el omega asintió con la cabeza. – Aún quedan al menos dos horas por delante ¿crees que podremos cansar a Emily?

-Está llena de energía, me temo. – sonrió. – Gracias, Scott.

-No hay de que, nos preparamos para ir a la siguiente. – Nevan se rio. – Creo que la siguiente también le gustará.

-¿Sabes cuál es? – el beta se encogió de hombros. - ¿Cuántas salas hay?

-Veinte. – Nevan no sabía que responder. – Hay una antes de llegar a la última, la cual no tengo idea de lo que es, en el folleto decía que era una sorpresa.

Hasta el final del caminoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu