Capítulo 5

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Estoy tan embobada viendo todo a mi alrededor que sólo la voz de McCarty resonando en mi cabeza logra sacarme de mi ensoñación.

Y recuerda, una vez bajes de ese camión corre, corre y no mires atrás, Diana.

Abro los ojos de par en par y empiezo a correr hacia los árboles. Tengo que alejarme lo más posible de este lugar, tengo que estar muy lejos cuando se den cuenta que no estoy.

Ramas rasguñan mis brazos, el viento me golpea la cara haciendo que mi cabello se alborote, y de vez en cuando me tropiezo con rocas que hay escondidas en la tierra. Y lloro; no son lágrimas de dolor ni de nada de eso, son lágrimas de felicidad, de alegría pura.

Cuando siento que he recorrido bastante terreno dejo de correr y observo lo que hay a mi alrededor. Los hermosos árboles verdes y frondosos son tan altos que pareciera que no tuvieran fin. En uno de estos, un pájaro de color azul empieza a cantar y una pequeña risa sale de mi, mientras las lágrimas corren libremente por mis mejillas.

Este momento, aunque pequeño e insignificante, me ha llenado de alegría y esperanza.

Recorro todo el lugar tratando de no perderme ni un sólo detalle de lo que hay. No sé cuánto tiempo pasa hasta que noto que empieza a oscurecer. Empiezo a buscar un lugar dónde pasar la noche, y al final me decido por dormir al pie del árbol más grande que encontré.

Recolecto madera y trato de encender un fuego con un par de piedras, tal y como me enseñaron en las prácticas de supervivencia. Tardo un par de minutos pero logro encenderlo. Me recuesto en el suelo tratando de entrar en calor y, si darme cuenta, me quedo dormida.

~•~•~•~•~

En cierto punto de la madrugada, me despierto con una sed horrible. No he bebido ni una sola gota de agua desde que salí y eso me preocupa. Cuando amanezca debo buscar urgentemente una fuente de agua.

De repente, una fuerte y helada brisa pasa haciéndome temblar sin control, y sólo le basta pasar una sola vez para apagar el fuego.

Mierda, estas serán una horas muy larga.

Me acurruco más en mi lugar tratando de guardar un poco de calor, pero la fría brisa no colabora. Y así me quedo esperando que amanezca.

Al salir los primeros rayos de sol, me levanto y empiezo a caminar. Una, para entrar en calor; Dos, para conseguir agua. Camino por horas y el calor y la sed van incrementando cada vez más, hasta el punto de volverse insoportables. La garganta me arde, es como si tuviera brazas en ella. Ya son veinticuatro horas desde que bebí agua y debo conseguir aunque sea un poco. El calor tampoco está ayudando mucho. De vez en cuando tengo mareos y náuseas.

De la nada, escucho un ruido extraño y me detengo. Observo a todos lados pero no veo nada.

Genial, ya estoy alucinando.

El ruido vuelve a sonar y está vez si se de qué se trata: Pisadas.

Empiezo a correr como loca cuando escucho que las pisadas están demasiado cerca. Sea quién sea el dueño de éstas empieza a correr también y yo acelero el paso, desesperada.

-¡Ey! ¡Señorita, alto ahí! ¡Ey! - grita la voz de un hombre, haciéndome sobresaltar.

Y si antes estaba corriendo rápido, ahora muchísimo más. No me voy a dejar atrapar ¡Eso jamás!

Aunque no me siento en condiciones para correr no me detendré. Esquivo árboles rápidamente tratando de no chocar y de perder a la persona que me sigue. Pero esta no se rinde y se escucha cada vez más cerca.

-¡Ey, detengase, por favor!

Irás a detenerte tú, porque yo no.

Giro levemente la cabeza hacia atrás y veo a un hombre alto, vestido completamente de negro y con una escopeta en las manos. Siento como el corazón me sube a la garganta.

¡Él está armado y yo no tengo ni una piedra para defenderme!

Me enseñaron a defenderme pero aquí estoy: corriendo como una cobarde. Pero prefiero ser una cobarde viva, que una valiente muerta.

Sigo corriendo, pero de repente tropiezo con una piedra, pierdo el equilibrio y caigo bruscamente en el piso. Mi cabeza golpea contra la raíz de un árbol y todo se vuelve negro.

~•~•~•~•~

-¿Crees que despierte?

-Como por quinta vez, Noah, si va ha despertar. Sólo necesita descansar.

-¿Qué fue lo que dijiste que tenía?

-Aparte del golpe que se dió, tiene una leve deshidratación, por eso le puse un suero.

El ruido de las voces hace que me remueva y termine de despertarme. Abro los ojos levemente y observo un techo de color blanco. Frunzo el ceño y palpo con mis manos la superficie suave donde me encuentro.

Pero, ¿Qué...

Me siento de golpe y un leve mareo me invade. Observo a mi alrededor rápidamente. Una chica rubia de ojos color miel y un chico alto de cabello castaño y ojos verdes, me miran cautelosos.

Me sobresalto y pego mi espalda al espaldal de la cama.

-¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? - pregunto casi gritando.

La chica da un paso hacia mi e intento retroceder más, pero no puedo.

-¡Aléjate de mí! - grito, y esto provoca que una punzada muy dolorosa me atraviese un lado de mi cabeza.

Un siseo de dolor se escapa de mis labios y llevo mi mano hacia ese lugar.

El chico se acerca con las manos levantadas.

-Oye, tranquila, no queremos hacerte daño - dice, tratando de tranquilizarme -. Me llamo Noah, y ella es Adara - la mencionada saludó tímidamente con la mano -. Y estás en mi casa.

Los miro, recelosa. Siento un pinchazo en mi brazo derecho y cuando lo alzo veo que tengo una intravenosa puesta. Abro los ojos como platos y antes de que pueda decir algo, la rubia explica rápidamente.

-Es un suero. Estás algo deshidratada y por eso te lo puse. Trata de no moverte mucho, se puede doblar la aguja.

Asiento lentamente.

-¿Cómo te llamas? - pregunta el tal Noah.

Lo miro de mala manera y él sólo sonríe un poco.

-Sólo queremos ayudarte - apoya Adara.

-246 - mascullo.

-¿Cómo? - ambos me miran confundidos.

¡Ese no, idiota!

Carraspeo.

-Diana.

-Diana ¿Qué? - pregunta Noah.

Frunzo el ceño.

-Sólo Diana - digo secamente.

-Ok, sólo Diana, ¿De dónde vienes?

-No lo sé - obviamente que sé cómo se llama el laboratorio, pero no se los diré. Además no sé en dónde queda.

Me mira, extrañado.

-Okey ... Entonces ... ¿Qué hacías sola en el bosque?

Vuelvo a fruncir el ceño y no respondo.

Él abre la boca para decir algo pero Adara lo detiene poniendo una mano en su hombro.

-Ya dejala, Noah. Debe descansar - le recuerda.

Noah asiente y ambos se dirigen a la puerta, pero antes de salir añade:

-Cualquier cosa que necesites estamos afuera ¿Sí?

Asiento y ellos se van.

Me recuesto en la cama y miro fijamente el techo.

¿Dónde carajos me metí?

~•~•~•~•~

Nota de Autora:

Holiiii, cómo están?
Buenoo, ya hemos llegado a la parte donde Diana ha logrado escapar y ha terminado con estas dos personas.

¿Qué piensan de ellas?

¿Serán de confianza? O ¿Serán parte de Gamma? ¿Qué creen ustedes?

Efecto Mariposa Where stories live. Discover now