Capítulo 17

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                       Noah Tyler

—¿Qué? — preguntamos al unísono Asher y yo.

—Esto es imposible — repitió Adara en un murmullo al otro lado de la línea —. Una persona no puede tener todos los tipos de sangre juntos.

Se escuchó que alguien le hablaba y ella le entregó el celular.

—Noah, soy yo, Adal — se aclara la garganta —. Sé que lo que te está diciendo Adara suena como una completa locura, pero es cierto. La sangre de Diana no tiene un tipo en específico; es como si fuera una mezcla de todos a la vez. Ella tiene un tipo de sangre totalmente desconocido.

—Pero eso es técnicamente imposible — dice Asher —. Si se mezcla un tipo de sangre que no es compatible con el de la persona eso crearía una aglutinación de glóbulos rojos. Se obstruirian los vasos sanguíneos por los coágulos, habría falla multiorgánica, podría tener un infarto o... Si ella tuviera todos los tipos de sangre ya estuviera muerta.

—Lo sé, pero al parecer en el caso de ella no es así. Su sangre es completamente normal a parte de esto. Bueno, si no contamos las anomalías que encontré, lo es.

—¿Anomalías? — repito.

—Sí. En la sangre de Diana hay pequeños cuerpos extraños que nunca en todos mis años trabajando aquí, había visto.

—¿Son algo de lo que debamos preocuparnos?

—No podría darte una respuesta para eso. Me gustaría analizarlas más a fondo, algo en su comportamiento no me gusta.

—Está bien. Cuando tengas los resultados avísanos cuanto antes, por favor — le pido.

—Pero ¿Se puede hacer la transfusión? — le pregunta Adara —. La necesita.

—No estoy completamente seguro, pero creo que cualquier tipo de sangre le servirá. Ella ya tiene varios en su sistema. Creo que vale la pena intentarlo.

Asher lo sopesó por unos momentos.

—Podemos intentarlo, pero deben tener en cuenta que es arriesgado, no sabemos cómo podría reaccionar.

Mi mirada recayó en Diana. Verla en ese estado me hacia sentir mal. Ella no le había hecho nada malo a nadie, sólo quería ser libre, ser feliz, sólo eso.

—Hagámoslo — me escuché decir.

Asher me miró por unos segundos antes de asentir y empezar a preparar todo. Su contacto sólo unos minutos en traer la sangre. Ni me molesté en preguntar si trabajaba para un banco de sangre o algo. Diana la necesitaba y era lo que importaba. Adara regresó justo en el momento en que le estaban poniendo la transfusión.

—¿Cómo está? — se posicionó a un lado de la camilla.

—Está estable. Sólo necesita descansar — le responde Asher.

La expresión de alivio en el rostro de Adara fue inmediata. Tomó una silla, se sentó, se pasó las manos por la cara y suspiró.

—La pobre no ha estado bien desde hace semanas, y ahora le pasa esto. Hubiera preferido que no se hubiera interpuesto entre la bala y yo — murmura.

El rostro de Asher reflejó curiosidad.

—¿Cómo que no ha estado bien desde hace semanas?

Adara duda un momento y levanta la mirada hacia mí, como preguntando si debería responder. Suspiré.

—Le han estado pasando cosas raras — respondo yo —. Su fuerza incrementó de tal manera, que terminó rompiendo en pedacitos una manilla. Aprendió a moderarla pero a veces pierde el control — Asher había palidecido de repente —. Después enfermó. Fiebres demasiado altas, dolores de cabeza tan insoportables que la hacían gritar, vómitos y una gran debilidad. Pero había días en los que estaba normal, como si nada pasara. Era muy extraño.

Efecto Mariposa Where stories live. Discover now