11: Cortejar.

296 31 12
                                    

—¡Brianna!—camino a paso veloz hasta la rubia, quien apenas me ve desde su casillero entra en pánico

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¡Brianna!—camino a paso veloz hasta la rubia, quien apenas me ve desde su casillero entra en pánico. Lo cierra y aferra su mochila antes de empezar a correr.

Me quejo para proceder a hacer lo mismo.

—¡Fue su idea!—exclama sin dejar de escapar.—¡Lo juro!

—¡Detente!—le pido, no muy feliz con el hecho de que me está haciendo correr.

Cruzamos todo el pasillo y nos dirigimos al campo de rugby, el fuerte viento impacta contra mi cuerpo apesar de que el sol se encuentra en lo alto con un cielo casi despejado. Tiemblo de frío.

—¡No!

—¡Brianna, por favor!—ruego mientras soy cuidadosa de no caerme sobre el pasto.

—¡Si lo hago me vas a asesinar!

—¡No te voy a hacer nada!

La rubia por fin se detiene. Yo hago lo mismo, me inclino hacia delante y coloco ambas manos sobre mis rodillas, sin aliento. Debo hacer más ejercicio, mi condición física apesta. La mochila en mis hombros se vuelve más pesada de lo normal, lo cual me lleva a dejarme caer sentada sobre el campo. Brianna me observa cautelosa, avanzando a pasos cortos hasta donde yo estoy tirada y muerta en cansancio.

—Dios.—digo recuperando un poco la te respiración.—No tenías por qué salir escapando así.

—Claro que debía.—se defiende, sentándose a mi lado. Busca algo en su mochila.—Me das miedo.

Me ofrece un caramelo de miel. Yo lo acepto.

—¿Me has visto?—le pregunto.—Eres más alta, más atlética...

—Sí, pero tú eres más agresiva y fuerte.—le quito la envoltura al caramelo y lo como, el sabor dulce de la miel explotando en mis papilas gustativas.

—Odio a tu novio.—confieso.—Es... demasiado ingenuo.

—Lo es.—me mira con sus ojos verdes.—Y lo siento, debí hablar con él sobre esa cita doble y tal vez incluso hacer que se olvide de ella, pero es jodidamente insistente.

—No puedo.

—¿Qué?

—No puedo tener que fingir no saber nada sobre Jamie y tú por una tarde entera.—muerdo mi labio inferior.—No es justo para Tyler.

—Lo entiendo.—me sorprende lo segura que se escucha Brianna.—Ya haces bastante con fingir ser su novia, no quiero presionarte a venir.

—Jamás he tenido una cita y no quiero desperdiciar la primera con Jamie.—me quejo. Me acuesto en el pasto y observo el cielo, casi quedándome ciega en el proceso.

Maldita miopía.

—Ser la novia falsa de Jamie no puede ser tan mal...

—Es la peor cosa que le puede suceder a cualquier persona, Brianna.—mis mejillas se vuelven rojas de vergüenza y rabia al recordar ese extraño "beso" que compartimos.

El patito feo y el príncipe [Jamie Flatters]Where stories live. Discover now