𝐑𝐞𝐥𝐢𝐜 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐅𝐮𝐭𝐮𝐫𝐞 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

I

Bueno, aquí está el nuevo fic que se actualizará cada dos sábados. Quería mantener esto en secreto hasta que saliera, pero aquí está por fin. Como puede ver en el resumen, es un fic de viaje en el tiempo, pero puede estar seguro de que será notablemente diferente de Not this Time, Fate, que era más un fic de bucle basado en un solo bucle. Esto no se parecerá mucho, ya sea en el carácter de Jaune (más cercano al canon y no tan roto o hastiado), o en el tono. NTF Jaune vio su vida como una maldición. Este Jaune, bueno, ya verás.

College Fool ha ayudado un poco con esto en términos de mirar algunos de mis planes de capítulos e hilos y ofrecer pensamientos y sugerencias al menos para los primeros 20 capítulos más o menos, pero no será beta porque CF finalmente está lanzando algunas cosas de su propio. En ese sentido, no tomaré ninguna versión beta para esto, me temo que mi programa de actualización hace que sea demasiado difícil tener contenido escrito con anticipación para que alguien lo lea. Como tal, este fic no tiene beta y no tendrá uno.

Con todo, espero que disfruten y no, no revelaré la pareja. Hay uno, pero he aprendido que revelarlo temprano solo lleva a que las personas juzguen un trabajo solo por eso o lo revisen y envíen mensajes privados para pedirle que lo cambie o incluya a más personas. Incluso en el mejor de los casos, solo actúa como un spoiler.

Capítulo 1

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Jaune volvió en sí lentamente, los ojos luchando por abrirse a un mundo de piedra negra y humo más negro. Los rayos de la luna atravesaron la obsidiana rota de las paredes de la torre, salpicando los escombros esparcidos y las tejas duras. Motas de polvo flotaban en el aire, bailando entre los rayos de luz; el único movimiento que existía en un mundo que parecía perdido en el tiempo mismo. Debajo de la pared, medio atravesada por ella, una aeronave ardía lentamente. Con un crujido de fuego, un gran trozo del casco del Bullhead cedió y cayó al suelo con un fuerte estruendo. A pesar del ruido, nadie se movió ni gritó.

La confusión tiró de su mente y buscó una respuesta. Su garganta se sentía seca, su cabeza pesada. Extendió una mano para agarrar a Crocea Mors y atraerla hacia él. Empujó la punta hacia abajo en el suelo de piedra, usándola como palanca para ayudarse a ponerse de pie. Incluso entonces sus piernas casi se doblaron, amenazando con derribarlo una vez más. Sus ojos, azules y llenos de fatiga, escanearon el mundo a su alrededor.

¿Se acabó finalmente? ¿Habían ganado?

Si es así, ¿dónde estaban los aplausos?

Un pie se deslizó hacia delante, seguido de su peso. El paso del cazador herido era lento, puntuado por el roce y el golpeteo de una espada ancestral utilizada como nada más que un bastón. El humo del fuego y la batalla misma oscurecieron gran parte de su visión. Tosió y empujó a través de él, deteniéndose cuando sus ojos captaron un choque familiar de verde, blanco y naranja.

—¿Ren? —jadeó, y por un momento no reconoció su propia voz. Estaba rayado y roto. Sacudió la cabeza, empujando cuando no respondieron—. ¿Nora? ¿Están bien?

Su propia respiración fue la única respuesta. Se tambaleó hacia ellos, dejando que Crocea Mors cayera ruidosamente al suelo mientras él hacía lo mismo, cayendo de rodillas y tratando de alcanzarlos. Sus manos tocaron el hombro de Ren y supo lo que encontraría incluso antes de darle la vuelta. El cuerpo de su amigo estaba frío, demasiado frío. Esos ojos rosados, tan inusuales a primera vista, ahora se veían apagados y vacíos. No había luz en ellos, ninguna chispa de inteligencia o humor seco. La sangre manchó la boca y la barbilla de Ren, se corrió y se desvaneció. Había una hoja alojada en su pecho, entre sus costillas. Era una de las de Tyrian.