Hexed || 💫Vkook💫 [Omegaverse]

☪ X: Alianza inesperada y hermanos problemáticos.

Jeon Hana admiraba el paisaje nocturno fuera de la ventana desde la alta torre del castillo real. Ahora que era la prometida oficial del Rey debía mudarse y acostumbrarse a las responsabilidades que caerían sobre sus hombros al convertirse en la Reina de Aelton.

Los pocos días que llevaba de vivir allí no hubo un momento donde no tuviera la mirada pesada de su futura suegra sobre la nuca, la presión que le generaba no podía explicarse con palabras, la manera tan estricta que tenía de corregirla en aspectos simples, como la postura que adoptaba al comer, le dejaban un amargo sabor de boca y le hacían desear haber huido junto a su hermano.

La hizo sonreír el pensamiento de que si estuviera allí probablemente lo tendría junto a ella mirando al cielo, buscando la luna que no era visible por la fase en la que se encontraba.

Habían pasado ya cuatro días desde que Jungkook desapareció y parecía ser ella la única afectada por ese acontecimiento. Sus padres estaban en un sueño maravilloso planeando la boda junto a la familia real, encantados de poder habitar en el castillo aunque fuera temporal, su padre le mencionaba cada que podía que por fin el apellido Jeon llegaría a lo más alto de la sociedad dónde merecía estar, gracias a ella, la primogénita que fue bendecida con físico y dotes obsequiados  (según ellos) por el mismo Dios y todos los Santos que le acompañaban en sus creencias.

Hana sólo seguía el rumbo que se le impuso, pues lo único que deseaba era no decepcionar a nadie.

No soportaría ver la desaprobación en el rostro de sus padres luego de todo lo que se han esforzado por darle una vida y tratos dignos de una reina. Sabía cómo se vivía la cotidianidad en las clases inferiores en el Reino de Aelton y no era algo que le gustaría experimentar, por eso mismo temía por la seguridad de su hermano menor.

Jungkook jamás había abandonado la burbuja de privilegios en la que su padre lo sumergió, no se relacionaba con nadie fuera de la familia y ella no podía siquiera imaginarse cómo había transcurrido los últimos días por su cuenta ni dónde se hallaba.

Estaba asustada de que algo muy malo le haya pasado, frustrada por no poder hacer nada, decepcionada de que sus padres lo hayan olvidado como si sólo fuese un perro adoptado que huyó de casa y regresaría cuando recordara el camino; cansada de tener que ocultar todo lo que sentía y sólo limitarse a sonreír y fingir que nada le ocurría.

Apretó la mandíbula y tragó saliva, esforzándose por retener las lágrimas dentro de sus ojos. Sostuvo fuerte la piedra del umbral de la ventana e intentó alejar aquel impulso que le exigía saltar haciéndole creer que así por fin conseguiría la libertad que tanto anhelaba, ser abrazada por el manto de estrellas y arrullada por el frío viento mientras descendía. No quería acabar con su vida, sólo quería alejarse de todas sus responsabilidades y sentir que podría ser otra persona fuera de la prisión que representaba ese castillo.

La puerta de la habitación de la torre se abrió, dando un salto en su lugar Hana se sorbió la nariz lo más bajo que pudo y mantuvo la vista fija en el cielo para que el viento secase la humedad.