XVI

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Antes de empezar, les regalo un dibujito de Gus q hice yo solita. Es solo un boceto rápido nomas. Cuando lo termine lo pongo otra vez.

 Cuando lo termine lo pongo otra vez

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<3




Gustavo;

Eran las 8 AM, Emma me había preparado un desayuno porque tenía que tener la panza llena para poder pelear, ella lo dijo entre comillas, todavía no me creía, yo no quería que me hiciera un desayuno, ella seguía algo enferma, había mejorado pero seguía enferma.

—Recordame a las seis que haga pochoclos para comer mientras veo la "batalla epica".

—Ajá. Todo lo que te dije es real nena.

—Si Si, lo que digas, ¿por qué aceptaste ir en todo caso?

—Ya lo vas a ver. A menos de que se haga el marica en plena pelea. . .

—Bueno, ya veremos.

Estuvimos jugando a algún videojuego que tenía ella en su consola. Me sorprende lo rápido que avanza la tecnología, la última vez que estuve acá apenas existía mortal combat.

Pasamos las horas comiendo y viendo pelis de comedia hasta que llegaron las ocho, a Emma le llegó un mensaje de Riky, diciendole que valla a la parada y que lo esperará ahí. Fuimos juntos hasta ahí y el me estaba esperando junto a los amigos de Emma.

—¡Ey Emma! Vení, que Riky va a pelear con alguien.

—Ya lo sé. . .

—Y ese alguien soy yo, niños.

Galo y Andrés se miraron con miedo.

Emma se agarró de mí brazo y me Susuró al oido:—Tené cuidado amor. . .

—¿Crees que no le puedo ganar?

—Me refiero a que no te mates tampoco.

—Tranquila nena, no me va a pasar nada.

Nos fuimos a un playón de ahí cerca, Emma y los chicos nos miraban con diversión, excepto Emma, ella tenía miedo.

—¿Por qué no hacemos un trato, Eh? —Hizo una pausa. —Vos te vas sin lastimarte, y yo me quedo con la nena.

—Ni en pedo. No sabés con quien te metés.

—¿Con quien? ¿Un viejo con artritis? Cuidado con caerte ¿Eh?

—Nene, si quiero te puedo mandar al infierno de un golpe. . .

—Si fueras 50 años más joven. . .

—No voy a pelear con un nene creido.

—¿Estas celoso de que yo le gusto más a tu novia?

—Eso es una completa mentira. . .

—No te mientas, ambos sabemos que ella va a preferir un chico joven que a sus 21 ya ha ganado campeonatos provinciales, antes que un viejo que probablemente no ha echo absolutamente nada en su vida y ya ni sexo le puede ofrecer, seguro solo te quiere por la plata. . .

No aguanté un segundo más y le metí un soplamoco en la nariz, el cayó al piso sangrando y a los pocos segundos se paró. Saltó encima mío e intentó ahorcarme en el piso y pegarme patadas en las piernas, pero yo le metí una patada con los dos pies haciéndolo caer al piso. Me puse encima suyo y empezé a cargarlo a sopapos es la cara hasta dejarlo sangrando completamente. Me levanté, le saqué mi dedo de en medio y me dí la vuelta para irme, pero a los segundos sentí un ardor profundo y un líquido caliente que brotaban de mí espalda, el había pasado una navaja suiza desde arriba hasta abajo en mi espalda, mi remera cayó al piso cortada en la parte de atrás me dí la vuelta para quitarle la navaja, agarré su muñeca, la corté y con un botesito que traía en mi pantalón recolecté algo de sangre que caía de su muñeca, cerré el frasquito y me fui con Emma.

Ellos esperaban pálidos del miedo, ya habían visto mi espalda, siempre trataba de no mostrarla cuando mis alas estaban escondidas, ya que se mostraban un par de agujeros ensangrientados y con algunas plumas pegadas, gracias a ellos podría guardarlas fácilmente.

—¡Gus! ¿Estas bien? Te rajaron toda la espalda. . . Vamos a buscar vendas a casa.

—Nena, hay un par de cualidades de los demonios que te tengo que enseñar. —Eso lo dije susurrando, para que solo ella lo escuchara.

—¿Estas bien? ¿por qué se pelearon ustedes dos? —Dijo Andrés.

—Si, el me la quiere robar. . .

—¿Qué te quiere robar?

—A Emma. . .

Galo y Andrés se miraron y empezaron a reír como locos, no sabía el porqué.

—Pero si el es gay.

—No, el me insultó y me dijo que ella lo amaba más a el, y no se que mierda.

Ellos dos seguían riendo y Emma solo me miraba preocupada.

—Vamos a casa amor. . .

Nos fuimos a casa, me costaba un poco caminar por las patadas, pero Emma me ayudaba un poco. Llegamos y lo primero que Emma hizo fue ir a buscar vendas, más bien, intentó, porque yo la detuve.

—Mirá, esta es una de las cualidades de los demonios. —Saqué el frasquito con sangre y lo bebí, me dí la vuelta para que me vea la espalda, la herida iba sanando rápido, dejó una cicatriz, pero en unos días se quita.

—¿Y las otras dos?

—Esa es la sangre de Riky, sólo funciona si la herida te la hizo la persona que te dañó.

—¿Y quien te hizo esas dos?

—Ahí guardo mis alas, las hice yo. . .

—Oh, ¿por eso te duele No?

—Si, algo.

—Bueno, yo se como hacer que ya no duela. —Ella empezó a dejar besos por toda la abertura, no servía de mucho, pero se sentía bien. . .




Cristales De Amor Amarillo - Gustavo Cerati Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora