VI

501 28 16
                                    

Emma;

Eran las o menos las 7:30 AM cuando despierto porque no podía respirar bien y tenía mucho calor. No entendía el porqué, pero al abrir los ojos me encontré con Gustavo acostado encima mío, presionandome con su pecho descubierto.

Logré salir de ahí y con un salto y un tirón logré sacarle el acolchado de encima para cubrirme, estaba completamente desnuda.

Gustavo lanzó un gruñido—Nena, hace frío, ¿por que no traes el acolchado? Quiero dormir. . .—Dijo mientras se ponía la almohada en la cara. El solo se cubría con una fina frazada.

—¡¿QUE MIERDA PASÓ ANOCHE?!

El me miró de arriba a abajo y frunció el ceño. —¿No es obvio?—Lo miré con cara de "Hijo de puta".—Uuh, dale, ¡no seas ortiva! Divertite un poco. Traeme la frazada y déjame dormir ¿queres?

Me tapé completa para ponerme la ropa y al terminar le tiré la frazada en la cara.

—¿Usaste protección almenos?

—Mmh. . . Igual tengo un par de pastillas siempre. Por si las dudas. Están en la bolsita en los bolsillos de mi pantalón.

—Ajá. . .—Dije tratando de no mirarlo, ya que el tambien estaba cambiandose. —No salgas como idiota, Lucho debe estar preparando las cosas para irse. Su vuelo sale a las 8.

—Está bien, nena.

Yo vivía cerca del aereopuerto así que el tendría que salir a Bs As y luego a Chile. Iba todo (Dentro de lo posible) bien. Cuando recuerdo que mañana es lunes, Y tenía el concurso, para el cual no había practicado NADA. Me estaba empezando a desesperar cuando Gustavo me agarra de los hombros por atrás.

—¿Todo bien? Te vez muy nerviosa.—Empezó a sobarme los hombros a modo de masaje.

—Mañana es el concurso del que te hablé.

—Eeh. . . Si. . . ¿de qué era?

—Tengo que tocar Corazón Delator en mi guitarra.

—Aah, si si, yo te ayudo, aún tenemos todo el día para eso, vos tranquila nena.

—¿Para qué te vestiste si ahora te tenes que transformar en cuervo?

—Ehh. . .

—Ay que pelotudo.

—Ya me transformo.

Bajamos las escaleras y nos encontramos con Lucho tomando té muy tranquilo.

—Te divertiste anoche supongo. . .

—Si, ¿por?

—Niña, no apareciste en toda la noche. Me fui a casa preocupado.

—Aah, Si, me fui a casa de un desconocido.

—¿Mmh?

—Y a las 4 me fui y volví acá. . .

—Ajá. —Parecía muy enojado, ya me había descubierto.

Cristales De Amor Amarillo - Gustavo Cerati Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora