V

558 28 43
                                    


Advertencia:

Este episodio contiene una escena sexual explícita. En caso de que este contenido no sea de tu agrado, retirate, o lee hasta la advertencia.

Emma;

Eran las 8 menos cuarto, y yo aún no me arreglaba por completo. Hoy cenaría con Gus, y me quería ver bien. Elegí ponerme un vestido negro con una abertura en los costados de las piernas unidas con cordones dorados, unos cancanes color cobre con destellos dorados, unas botas negras de plataforma y una campera negra y gris; esa noche hacia mucho frío, aunque yo nunca tengo frío. . .

Lucho salió a la fiesta a la que iríamos, y el no sabe que Gus y yo no, estaríamos en una cena. Le mentiría diciendo que estoy en casa de alguien haciendo "cosas" que cualquier cosa le aviso.

—¿Ya estas lista, nena? —Se escuchó al otro lado de la puerta. Un escalofrío recorrió mi columna al escuchar ese apodo.

—Ehh. . . Me. . . Tengo que peinar. . .—Me era casi imposible hablar, esa voz ronca y seductora me puso muy nerviosa. . .

Se escuchó un suspiro.—Ok, te espero nena.

Otra vez, creo que me voy a tener que adaptar a que me llame así.

_________________________________________

Abrí la puerta y me encontré con Gustavo, más lindo que nunca. Llevaba una camisa negra simple, un pantalón de Jean negro y una chaqueta de Jean de los Gun's and Roses, todo se los dejó Andrés, creo recordar que eran de su padre. Pude haber estado horas ahí, sólo observando sus ojos, pero el me distrajo con una pregunta.

—¿Vamos?—Dijo el ofreciéndome su mano.

Yo la agarré y le afirmé con la cabeza. Sentí como mis mejillas se tornaron un rojo vivo. Sabia que el lo notó.

—¿Qué queres comer?—Pregunté.

—¿Qué queres comer vos?—Respondió.

—Sushi. . . O podemos ir al Mac o. . . Capaz fideos, o podríamos. . . Quiero milanesa napolitana.

El se estaba cagando de risa. —Bueno—Hizo una pausa para volver a reír. —, está bien ¿Donde podemos ir?

Me puse a pensar. —Acá cerquita hay un barsito, pero creo que es un poco caro. . . Es que nunca voy a restaurantes. . .

—Bueno ya veremos. Yo tengo plata.

—¿De dónde agarraste plata?

—¿Viste que Luis estuvo un rato buscando su billetera y al final se rindió?—Dijo sacando la billetera de Lucho.

Comenzé a reír con el. No me lo esperaba para nada.

No tardamos más de 5 minutos caminando cuando llegamos al bar. Era un lugar muy lindo, tenía varios foquitos que le daban un toque de romanticismo al lugar.

—Hola chicos, ¿qué nesesitan?—Dijo un mesero cuando entramos al bar.

—Estábamos buscando una mesita para ella y yo.—Dijo Gustavo señalandome con su pulgar hacia atrás.

—Claro, pasen, yo los guio. —El señor nos llevó a una mesita al fondo de todo. Ahí nos dio los menús. Justo, napolitanas, Dios, que rico.

—¿Entonces queres napolitana vos?

—Si ¿vos?

—Yo voy a querer. . . Una hamburguesa con queso.

—Que rico Che, ¿cuanto Es?

Cristales De Amor Amarillo - Gustavo Cerati Y Tú Where stories live. Discover now