𝘾𝙍𝙄𝙎𝘼𝙇𝙄𝘿𝘼 [PAUSADA]

【ＣＡＰ １３】

Analizaba sus pardes manos, esos colores verde y rojo, que tiene un significado. No tenía idea el por qué, simplemente lo hacía por aburrimiento o una sensación difícil de explicar para México.

Después de volver a su realidad se levantó de la cama. Observó la ventana y adivinar que hora era.

Después de unos segundos adivino.

—9:27 am.

Dio un bostezo, durmió muy bien, esta vez sus ojos no presentía la sequedad y dolor. Levantó sus brazos y estirarse.

Comenzar ver el espejo y ver su reflejo, un cuerpo con volumen y ver con el tiempo que subió peso.

Eso le gustaba, se sentia satisfecho que estos años pudo subir de peso. Porqué hubo esos momentos que sufría dias sin comer, ver su cuerpo delgado y sus costillas por la falta de comida, era una situación horrible de vivir y no lo deseaba a nadie que lo viviera aunque por más que fueran sus enemigos.

Pero se alegraba que poco a poco salía de esa situación.

Con sus suaves manos acariciaba su abdomen y sus curvas, aunque le gustaría tener un cuerpo más formado.

Después analizo sus cicatrices, ya no se acordaba por que lo tenia. Pero no tiene el interés de saberlo, era mejor olvidarse de esas cicatrices.

Dejo de estar perdiendo tiempo y comenzó a buscar una camisa por esa cama, checaba que camisa ponerse, no se decidía; soltó un suspiró.

Poco después alguien asómato la puerta, el pobre Mexicano brinco del susto y después cubrir su pecho desnudo con su cabello.

Era Bolivia estaba muy emocionado y feliz, pero poco después ese sentimiento se esfumó y surgió una vergüenza y un rojizimiento por sus mejillas.

De inmediato, Bolivia cerró la puerta con brusquedad y después recargarse sobre ella. Con sus pequeñas manos tapaba su rostro por la pena y dar chillidos.

México quien estaba confundido aquella escena que hizo el Boliviano, dio una risilla y finalmente decidió ponerse una camisa de manga larga.
Nuevamente fue por ese espejo y esta vez verse mientras se peinaba, como siempre. Se amarraba su cabello, estaba vez una coleta arriba.

Dejo unos mechones sueltos, para que la coleta le combinará bien.

Solto un suspiró y se fue directo a la puerta y abrirla. Pero se dio cuenta que cayó Bolivia pero entre sus brazos.

—¡Ay escuincle! —dio una risa y levantar al Boliviano.

Bolivia dio un agudo grito, y sentirse tan extraño y sonrojado sin razón, México quien esté lo observaba con misterio y confusión.

Inesperadamente, Bolivia dio un piquete con fuerza en la cintura del Mexicano y después correr hacia a la cocina. Mientras que México este apenas reacciono al dolor y después perseguir a Bolivia.