𝘾𝙍𝙄𝙎𝘼𝙇𝙄𝘿𝘼 [PAUSADA]

【ＣＡＰ ３】

Cuando la oruga ha encontrado el lugar apropiado, empieza a tejer una malla de seda con un "botón" en el centro. Una vez que la ha terminado, la oruga agarra la seda con sus piernas, y se cuelga boca abajo. La parte de frente de su cuerpo se pone en una curva de forma "J".

6:01 pm. Canadá, Ottawa.

La junta se finalizó a esa hora.

Un español nervioso por su decisión, no si era correcto en tomarlo pero tenía que dar un paso más.

Después de que las sala se quedara total solitaria, excepto por una dicha organización, aprovecho el momento de hablar a la organización de la paz.

—Muy buenas tardes, ONU —éste habló con la tranquilidad que pudiera, dicho esto llamó la atencion de la organización.

—Buenas tardes, España —tenía cosas en mente que nunca se dio cuenta de éste, había pasado dos meses aquella conversación, incluso lo había olvidado de tanto trabajo que tenia—. No se quede allí, si gusta podemos hablar en mi oficina —tenía en mente que el castellano vino por hablar un tema, la cuál acertó a su sospecha.

España tenía pensado ser directo en ese momento, pero sabía que había países muy chismosos o tal vez alguien se ha quedado aquí, quería que esta conversación sólo fueran de ellos dos, la verdad no quería que este tema se divulgará.

—Por supuesto, allí le hablaré más claro —mencionó; ambos caminaron mientras que estaba pensando que decir al respecto del tema de México, pero analizando bien. ONU no recordaba o no tenía al mente del tema que hablaron los anteriores meses.

¿Como iba a empezar?

La verdad no tenía la menor idea.

En unos minutos, ya se encontraba en su despacho.

Estaba sudando, sus manos grandes y suaves tocaba su rostro. Por supuesto, ONU se percato de esto, de hecho no le hacía extraño ya se ha acostumbrado estos tipos de comportamientos, tal vez su aura era muy seria por estas razones dudaba que los ponía nervioso a los países, según él debía cambiar su actitud.

—No se quede parado, Siéntase cómodo por favor —sin más que decir, empezó a acomodar unos libros que encontraba por allí,  varios segundos de silencios y el español no dirigía la conversación—. Tranquilo... tómese el tiempo yo le esperare.

A España agradeció mucho con la mirada, tal vez no sea mucho pero estaba pensando como decirlo, ¿pero por qué tanto nervios?
No tiene la menor idea.