𝑬𝒍 𝒊𝒏𝒗𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐.

163 19 2
                                    

Aquel tricolor sudoroso, pardes gotas frías se escurría sobre su frente, mientras podía ver abajo como la gente lo miraba

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Aquel tricolor sudoroso, pardes gotas frías se escurría sobre su frente, mientras podía ver abajo como la gente lo miraba. Trago seco, su boca temblaba, poco a poco estaba aterrizando su aeronave.

Podía notar como aquellas personas pálidas, algo sucias y de nacionalidad rusa y más que nada, jóvenes, estaban alertas sobre él.

Logro liberar a Filipinas.

Se sentia exhausto, su corazón latía rápidamente y nunca creyó que podía hacerlo. Incluso creía que el bando enemigo tiraría su cadaver al aire, como una noticia de fracaso.

Y aquel mexicano, no podría hacerlo.
Pero a su poco suerte, no sucedió.

México, en sí, quería dar las noticias personalmente a la propia Unión Soviética, a lo poco después su aeronave ya estaba en las tierras rusas quien se desabrochaba de su cinturón y luego exhalaba a lentitud.

Una vez estando en el suelo podía observar que le apuntaban varias armas, directamente a la cabeza sin misericordia. No era la primera vez que le pasaba.

De hecho hubo una ocasión en la que le dispararon en el hombro.

Sólo tenia que quitarse el casco y el pañuelo sucio que estaba en su rostro. Después dejar que vean sus colores de su bandera y que lo analizará por un momento, al cabo iban a reconocerlo.

Pero había unas ocasiones que lo confudian con Italia, uno de los enemigos, pero esta vez no sucedió.

Los soldados bajaron su arma, identificaron que era México. Se alejaron y sólo cedieron paso a este tricolor.

Exhaló profundamente México, su cuerpo exigía un descanso y más que nada, ir a su hogar.

Terminaba esto y ya podría irse, si es que se lo permitían.

Sus pasos eran lentos y débiles, acechaba como los soldados se estaban apresurando en ir a la guerra, ver como sudaban o temían por sus vidas. Escuchaba en su idioma, no entendía lo que decían o susurraban pero podía contemplar como algunas agarraban su rosario y lo apretaban, mientras recitaba un rezo.

Suplicando a Dios, que lo regresen con vida.

Incluso podía ver como algunos soldados escribían cartas. Sus manos nerviosas, luego ver como rayaba la hoja y escribía otra mientras la tinta pigmentaba perfectamente.

Trago saliva, podía sentir un nudo en la garganta.

¿En verdad era necesario esta guerra?

Por una razón estaba más nervioso este día, si no fallaba sus presentimiento algo malo iba a pasar, era él o la de ellos.

𝘾𝙍𝙄𝙎𝘼𝙇𝙄𝘿𝘼 [PAUSADA]Onde histórias criam vida. Descubra agora