CAPÍTULO 19 [PARTE 2]

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Londres.

—¿Londres? —abro los ojos y encuentro a Lucian mirándome con preocupación —estás teniendo un ataque de pánico —me toma de las manos y se sorprende de lo frías que están pero las ignora —, respira conmigo.

Ojala fuera un ataque de pánico, fuera un poco más fácil de sobrellevar.

Me concentro en mi respiración.

—Londres tranquila, no voy a hacer eso — me dice — es muy pronto y yo quiero que cada día que pase nos conozcamos mejor y si es posible que surja un amor.

Lo miro.

Mis respiraciones están haciendo que mi pulso vuelva a la normalidad.

—Te agradezco —digo a duras penas.

—Londres, quiero que seas feliz... Al menos un poco con esa decisión y...

Su expresión cambió al ver a alguien detrás de mí.

Rodó sus ojos y suspiró frustrado — ¿Eres su guardaespaldas o que? — resopló Lucian al ver como Jo Kwon se acercó a mí y preguntó si estaba bien.

—¿Tu quién eres para hablarme así? —le responde.

—Solo trato de estar con ella a solas y cuando lo consigo siempre llegan a interrumpirnos.

—Tal vez porque sabemos que ella no quiere estar contigo — la voz de Kanin se hizo escuchar mientras caminaba hacia nosotros.

Lucian volvió a poner los ojos en blanco, apretó los puños mientras negaba con la cabeza — perfecto, el que faltaba.

—¡Ay, perdón! ¿Interrumpo algo? — pregunta sarcásticamente Kanín.

—¿Por qué dices que no quiere estar conmigo?

—Todo este tiempo has estado tratando de estar con ella, pero te evade, porque prefiere estar conmigo. Su novio.

Lucian frunce el ceño con un gesto de amargura y a la vez de confusión, posa sus ojos sobre los míos y mantenemos nuestras miradas serias el uno con el otro hasta que el la aparta y se va del sitio en donde estábamos.

Vuelvo a apoyar mis brazos en el mostrador pidiendo otro vaso de agua.

—Londres ¿Voy por el carro?

Niego con la cabeza —no, ya me siento mejor.

—¿Segura? —inquiere Kanin — parece que tuviste un ataque de pánico.

El desgraciado y yo nos reímos con nerviosismo.

—No tuve un ataque de pánico, yo...

¿En verdad estás lista para decirle?

Sí, sí lo estoy.

—Yo...

—Disculpe señor —se acerca un guardia de seguridad —, le informo que su presencia no es bienvenida ahora mismo, le pido que se retire.

—¿No es bienvenida por quién? —inquiere molesto Kanín.

—Señor le pido que se retire por las buenas —vuelve a pedir.

—No me iré, mi familia está invitada a este evento.

—Le pido que me acompañe a la salida — lo toma por el brazo y Kanín se defiende.

—Espera —detengo al de seguridad que iba de nuevo a intentar sacar a Dugga —. El viene conmigo —informo.

—Señorita fueron ordenes claras.

Si los deseos fueran estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora