Doce

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—Mi querida Tanya, a pesar que hoy se reúne sólo lo mejor de Port Ángeles no puedo evitar encontrarme con rostros poco agraciados— el señor Swan había recuperado su arrogancia y paseaba del brazo de su primogénita en el pasillo que daba al salón de eventos. Detrás de ellos venían Isabella y la señora Chelsea.

—Eso es cierto padre, los rostros de las mujeres están muy desgastados— correspondió su hija mayor.

—No es eso, ni con los mayores cuidados podría mejorar algo que carece de belleza— resopló el jefe de la familia. Tanya soltó una risita tonta.

—Padre, allá está la señora Platt— advirtió Tanya. Bella se empinó para divisar a su madrina que vestía un hermoso traje con bordados en plata.

Llegaron a su encuentro y pese a que Bella deseaba abrazarla tuvo que contenerse. No era bien visto ese tipo de demostraciones de afecto.

—Señora Platt, es un gusto verla— saludó el señor Swan.

—Charlie, Tanya ¡Bella!— sonrió la dama.

—Mañana por la tarde habrá una reunión con gente selecta en mi residencia, espero que nos acompañe— anunció el señor Swan.

"¿Otra reunión? ¡Cuándo aprenderá  papá lo que es la moderación!" se lamentó Bella.

—No me lo perdería por nada del mundo— sonrió Esme. — ¿La vizcondesa aún no ha llegado?— preguntó.

—Todavía, es la invitada de honor, así que esperamos su arribo a las siete en punto.

Un grupo de gente entró en ese instante y el anfitrión volvió el rostro sonriente para recibirlos. Estaba el señor Clapp con su esposa, los Crowley, los Brandon, la familia Higginbothan, primos lejanos de la difunta Renée Swan; los Dwyer, un caballero irlandés de apellido Biers y su esposa y cerca de ellos, destacando por el porte y la soledad había otro hombre que el señor Swan no alcanzó a reconocer.

Los ojos del caballero se agudizaron, sólo la señora Platt notó la turbación en el rostro del señor Swan.

— ¿Qué hace ese hombre aquí?— dijo Charlie conteniendo su furia. Tanya volvió la vista y una sonrisa asomó a sus labios.

—Es un capitán de la marina padre, yo lo invité esta mañana— le confirmó la rubia cerca del oído.

— ¿Marino? ¿Cullen se ha convertido en marino?

Bella miraba a Esme con los ojos desorbitados, temía que su padre hiciera o dijera algún disparate en contra de Edward.

— ¿Lo conoces padre?— preguntó Tanya preocupada.

—Ese muchachito impertinente. ¿No lo recuerdas? Es uno de los huérfanos que el viejo Jonas tomó a su cargo en Forks hace años— Tanya se quedó con la boca abierta. Ahora entendía porque su rostro le era familiar.

—Charlie, la vizcondesa ha llegado— lo interrumpió Esme.

El señor Swan pareció volver a sus asuntos y caminó del brazo de la señora Platt. Tanya tuvo que conformarse con ir detrás de su padre al lado de la señora Chelsea. Pero Bella quedó libre, no tenía intenciones de seguir al séquito de su padre. Caminó unos pasos para colocarse frente al capitán Cullen.

—Bienvenido Capitán— saludó la muchacha.

—Señorita Swan— le correspondió el saludo.

—Qué bueno que haya asistido— Bella estaba bastante abochornada, esperaba que Edward no hubiera escuchado las palabras poco amables de su padre.

No digas adiós -Terminado-Where stories live. Discover now