Tres

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—Y vendrán a cenar mañana por la noche, los Whitlock y el capitán Cullen— escuchó decir a Mike.

— ¿Edward Cullen en la casa grande? –preguntó Jessica emocionada.

"Edward aquí" el corazón de Bella latía desesperadamente. "Mañana... mañana"

Esa noche los recuerdos regresaron. Los sueños de Bella estuvieron plagados de añoranza. El primer encuentro, la primera mirada, las primeras palabras... el primer beso. Las dulces palabras de amor, los juramentos...

Le dolió despertar y encontrarse con una realidad diferente.

"¿Por qué lo dejé?" se preguntó. "Pude haberle esperado" suspiró apartando los cobertores para levantarse. "No tenía por qué romper nuestro compromiso"

Las ideas recurrentes habían vuelto, las mismas que le tomaron alrededor de tres años mantener a raya. No podía volver a caer en aquel círculo vicioso. Edward era el pasado, mucho tiempo y vivencias se interponían ahora entre ambos. Como un marino él había tenido la oportunidad de conocer el mundo, recorrer lugares que ella sólo podía imaginarse mientras leía. Con tantas nuevas experiencias y personas nuevas en su vida era lógico suponer que conoció cientos de mujeres. "Más hermosas, interesantes y valientes que yo" Bella apartó este último pensamiento y empezó sus actividades diarias.

Antes del mediodía, mientras terminaba una carta para su padre, escuchó gritos provenientes del patio trasero. Bajó las escaleras rápidamente, los lamentos de su hermana se podía oír hasta la casa grande.

— ¿Qué pasó? ¡Jessica!— gritó Bella llegando hasta el tumulto que se había formado.

—Es Mike, mi bebé— sollozaba su hermana.

En efecto, el pequeño Mike, hijo mayor de los Newton, se había caído de un árbol. Su madre y dos de las mucamas de la casa grande estaban a su lado. El pequeño no se movía por lo que su madre estaba histérica.

—Gianna ve a la casa grande, pídeles que llamen a un médico— indicó Bella. —Heidi, ve a la casa y ten agua caliente. ¡Jessica, ayúdame a moverlo!— ordenó la joven.

Las empleadas corrieron a cumplir los pedidos pero su hermana estaba fuera de sí, gritaba mientras abrazaba al más pequeño de sus hijos que también lloraba porque no entendía lo que pasaba.

— ¡Jessica ve por Mike!— se le ocurrió a Bella. –Por favor, corre, ve a buscar a su padre.

El hermano menor entendió la indicación y tiraba de su madre. Jessica se dejó llevar. Bella tocó al pequeño herido e intentó despertarlo, era necesario saber si se había golpeado la cabeza primero. Pero el pequeño abrió los ojos al momento.

— ¿Dónde te duele mi amor?— preguntó la tía.

— ¡Mi brazo!— chilló el niño de casi 5 años.

—Eres un jovencito valiente, cariño, pero demasiado travieso.

—Creo que me rompí mi brazo— sollozaba. Bella sacó un pañuelo y secó sus lágrimas.

— ¿Te duele la espalda? ¿Las piernas?

—No tía Bella, sólo me duele el brazo.

—Déjame revisarte, no te dolerá, tranquilo, debes ser fuerte como el hombre que eres— le infundía valor su tía. —Te has dislocado la clavícula, está fuera de su sitio y debo regresarla a su lugar.

— ¿Va a doler?

—Sí. No te voy a mentir porque eres ya un hombrecito. Dolerá.

— ¿Si se queda así? ¿Si la dejamos?

No digas adiós -Terminado-Where stories live. Discover now