capítulo cuarenta y uno

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—Puede que sí —respondió él—. Aunque todavía me siento algo confundido. Tengo miedo de que vuelva a pasar algo malo...

—Cyno no es como Dottore. Te lo está diciendo su exnovia, Tighnari —Nilou ladeó su cabeza—. Es tan bueno que desespera —bromeó. Su amigo soltó una carcajada—. Aunque sí es cierto que ha cambiado... Pero jamás ha dejado de ser una buena persona.

Tighnari suspiró y se puso a mirar a través de la ventana, dubitativo.

—¿Qué piensas hacer?

—Guardarme estos sentimientos un tiempo. Necesito pensar —Nilou cerró sus ojos y respiró profundamente.

—¿Y si él se te declara?

—Lo dudo. ¿Cómo podría...? —aunque al recordar todos los momentos que había pasado junto a él, se dio cuenta de que la actitud de Cyno era... algo extraña.

—¿Que cómo podría estar alguien como él enamorado de alguien como tú? Déjate de inseguridades, anda. A Cyno se le nota de lejos.

—¿Tú crees?

—Créeme cuando te digo que sí.

Puede que Nilou supiera la verdad, pero Tighnari no era consciente de ello. Sin embargo, Cyno era tan descarado que podía utilizarlo a su favor.

—Por cierto, cuando me dio los pendientes le di un beso en...

—Lo tuviste que dejar muerto —comentó la pelirroja—, da igual dónde fuera.

—... la comisura de los labios —Tighnari completó la oración que su amiga había cortado.

A Nilou casi se le cayó la taza de las manos.

—¿Cómo reaccionó?

—¡No lo sé! —se quejó Tighnari—. Albedo se puso a hablar conmigo y no pude prestarle atención. Aunque vi por el rabillo del ojo que se fue del salón.

—La próxima vez que lo hagas, aprovecha y fíjate en su reacción —Nilou sonrió con malicia (algo extraño en ella)—. Estoy segura de que debe ser un tesoro.

—¿Se ponía muy nervioso cuando tú lo besabas?

—Y tanto. Aunque es distinto. Esta vez, se nota que está enamorado de verdad —Tighnari desvió su mirada, y ella se cubrió la boca con la mano derecha. Tal vez estaba diciendo más de lo que debía.

—Lo siento —Nilou frunció el ceño, confundida.

—No te preocupes, Nari. Fue culpa de ambos. Estábamos atravesando una etapa algo dura de nuestra vida y no tomamos la decisión correcta —apoyó una mano en su brazo—. Él estaba confundido y yo no lo noté.

—Lo sé, pero... No puedo evitar sentirme mal por ti. Sé que lo querías de verdad.

—Eso ya pasó. Ambos lo pasamos mal, y después de nuestra ruptura él adoptó hábitos horribles. Pero ya se ha acabado. Y lo único que me importa es que seáis felices, porque yo ya tengo a alguien, y Cyno merece ser feliz también —ambos sonrieron—. Así que no lo dejes ir.

—Lo intentaré.

Cyno se removió con incomodidad en el sofá. El perro de su mejor amiga se le había echado encima y le estaba impidiendo respirar sin dificultad.

—Quítate, gordo —le dio un pequeño empujón para que se levantara—. Voy a morir ahogado por tu culpa.

Cuando finalmente consiguió echarlo, Cyno se tumbó bocabajo y siguió jugando a “The Legend of Zelda: Breath of the Wild”. Realmente no estaba haciendo nada, simplemente daba vueltas por el mapa, atacaba a gallinas e iba por ahí robándole sus armas a todos los monstruos que veía.

El verde de mi primavera ♡ CynonariWhere stories live. Discover now