capítulo cuarenta y cuatro

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Alfombra
Oye, Tighnari
Creo que lo mejor será que no vayamos al Festival Utsava este año
Podemos dejarlo para el siguiente
Lo importante es que te mejores

Tighnari <3
No te preocupes por eso
Vayamos, por favor
Me hacía mucha ilusión ir :(

Alfombra
Pero si no estás bien, no se puede

Tighnari <3
¡No pasa nada! Me tomo algo y como nyevo
Nuevo* perdón, es que tengo algo de sueño

Alfombra
No te preocupes por eso
Y, si insistes, podemos ir
Pero si te veo muy mal, te llevaré de vuelta a casa
No quiero que lo pases mal

Tighnari <3
Entonces, el miércoles a las 17:30, ¿no?

Alfombra
Mejor a las seis

Tighnari <3
Está bien

Tighnari dejó su móvil a un lado, y aunque tenía una gran sonrisa en su rostro, dejó escapar un largo y pesado suspiro. Cyno lo había llevado a su casa esa misma mañana, y desde entonces, había estado tumbado en su cama, dejando que Collei hiciera todo por él.

Lo cierto es que no le gustaba descansar tanto. Sí, es cierto que estaba enfermo, pero eso no debía ser un impedimento para hacerse la comida.

—Deja que vea cómo está tu temperatura, Nari —le dijo su hermana. Tighnari le extendió una mano, así que ella le dio el termómetro—. ¿Te encuentras bien?

—Más o menos —respondió—. Por cierto, Collei —la llamó mientras colocaba el termómetro bajo su axila, por debajo de la sudadera que llevaba. Era una sudadera que Cyno le había prestado un tiempo atrás y que todavía no había devuelto.

—¿Sí? —ella tomó asiento al borde de la cama, hundiéndose junto a las mantas. Tighnari intentó no moverse, aunque deseaba poder encogerse en su lugar para protegerse del frío.

Aunque no es que en su habitación hiciese mucho frío. La puerta estaba cerrada, al igual que las ventanas. El aire acondicionado expulsaba aire caliente, ayudando a mantener una temperatura adecuada para él: —Creo que me gusta Cyno —murmuró. Collei sonrió con dulzura—. Me di cuenta hace poco, pero no quise decirte nada. No pude evitar pensar que tal vez no te gustaría la idea. Después de lo que pasó con Dottore...

—Te diría que conozco bien a Cyno y que sé que no tengo de qué preocuparme, pero ya sabes que soy algo escéptica —Collei apoyó la mano derecha sobre las piernas de Tighnari, protegidas por dos capas de mantas.

—¿Entonces?

—Mientras seas feliz, yo no tendré quejas. Confío en que tomarás la decisión correcta —Tighnari sonrió.

—Creo que me voy a declarar.

—¿Cuándo?

—Durante el Festival Utsava. Aunque dudo que me atreva... —el rostro se le puso rojo. En ese mismo momento, el termómetro empezó a pitar.

"Si no se atreve él, tampoco será importante", pensó Collei. "Al fin y al cabo, Cyno siempre cumple su palabra".

—¡Cyno, Kunikuzushi, tened cuidado por ahí!

El verde de mi primavera ♡ CynonariKde žijí příběhy. Začni objevovat