IX

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16/11/2015

Ian - 2:34 P.M.
Hola!! Sé que me has estado ignorando y tal vez no veas esto pero te quería avisar que andaré de pasada por la cdmx mañana, por si quieres salir o le caigo!

17/11/2015

Ian - 10:40 A.M.
Ya llegué.
Voy a hacer unos pendientes y me desocupo a las 2-3pm

Ian - 9:59 P.M.
Tomaré eso como un no :/

25/12/2015

Ian - 3:48 A.M.
Feliz navidad!!
Sé que nos vemos cada eclipse y solo soy tu ex compañero de la secundaria, pero yo sí te considero mi amigo. Te quiero, ok?
Pásala muy bien con tu familia

01/01/2016

Ian - 12:01 A.M.
Feliz año, hermano.
Ya verás que este año será mejor, y si no, el siguiente o el que le sigue.
Siempre hay una nueva oportunidad.

06/01/2016

Ian - 2:50 P.M.
Oye supiste lo de █████?

Ian - 3:18 P.M.
Ahora que lo pienso, no lo has mencionado desde que te fuiste. Ya no se hablan?

19/01/2016

Ian - 6:17 P.M.
No es muy buena onda ignorar a tus amigos, Tomás.
Solo quiero saber si estás bien.
Estoy preocupado por ti.

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Dejé de ir a terapia. Había logrado disminuir el cigarro y el alcohol. También comencé a priorizar mi escuela sobre las fiestas. Ya no podía besarte ni tomarte de la mano en público, por lo que no vi el punto de acompañarte.

Eso era todo lo que mi padre quería, ¿no? Lo demás no era importante.

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No estaba castigado, pero las reglas de la casa habían cambiado:

"NO salidas sin avisar.
Quien no trabaja debe llegar antes de las seis.
NO cigarros ni alcohol aparte del vino.
NO visitas sin consultar con familia.
Si no comes, no hay electrónicos.
"

Era más que obvio que iban dirigidas a mí.

No entendías la importancia de esto, así que, sin querer discutirlo contigo, aproveché un día que mis padres saldrían para invitarte por primera vez. Les dije que eras un compañero de mi preparatoria y necesitabas ayuda con tu tarea. Como mis calificaciones habían mejorado significativamente, me creyeron y lo permitieron con el límite de tres horas. Mi hermana sería la testigo de que estábamos estudiando.

La distraje prestándole mi Nintendo DS.

—Dios mío, no imaginé que tu casa sería así de grande —comentaste, pasando tu vista por cada esquina de su interior al entrar.

—¿Por qué?

Un maullido jaló tu atención de la cocina a mis pies. Viste a mi gata, quien acostumbraba recibirme restregando su cuerpo en mis piernas bajas.

—¡La famosa Mentita!

—Pimienta —te corregí.

—Pimienta, como sea. —Te agachaste a saludarla—. ¡Hola, pequeña! Qué bonita eres. Con razón tu dueño no deja de hablar de ti.

MFDL | Murder Your MemoryWhere stories live. Discover now