-No pensamos que podría hacer algo así, Celia. – la beta lo miró con los ojos vacíos. – Culparte, no servirá de nada en estos momentos, debemos estar preparados para cualquier cosa.

-¡Joe! – sollozo. – Por favor, que no les pase nada, que estén bien. Por Dios, fui tan ingenua, le creí todo el tiempo.

Scott habló de nuevo con los policías, él había visto a Nash el día que se marchó, describió al detalle cómo iba vestido, incluso les dijo la impresión que tuvo al verlo. Nash estaba siendo el mismo engreído de siempre, aunque parecía que sus aires de alfa, habían escalado algunos grados. Mantenía la mirada baja y evitaba mirarlo a cara, solo le dijo una pocas palabras y no volvió a verlo, el beta se arrepiente de no haberlo detenido en aquel momento, cuando noto que algo iba mal.

"Cuídate, beta tonto." Se había ido sin que tuviera tiempo a responderle, cuando se dio la vuelta para replicarle y llamarle "estúpido", por primera vez aquella mañana. Nash se había esfumado del lugar, no había rastro alguno del alfa, lo llamó en varias ocasiones. Sin respuesta.

-¿Dónde coño estás? – le grito en un audio de voz, le daba igual que pensara que estuviera loco en aquel momento. - ¿Dónde está Nevan? ¿Dónde está Emily? Habla cobarde, habla antes de que te encuentre por las malas.

Nash le respondió por la noche con un simple "OK", eso hizo que su sangre ardiera. Scott lo llamó de nuevo, no le importaba gastarse el saldo en aquellas llamadas, no pararía hasta que le diera el paradero de Nevan.

-¿Quién te has creído? Estúpido animal... - escucho a Nash reírse. – No sé qué mierda te está pasando por la cabeza en estos momentos, pero si les haces algo, por mínimo que sea, será mejor que aprendas a esconderte. Porque te encontrare y te mataré, te mataré ¿me escuchas?

-Dale recuerdos a Celia. – respondió en tono burlón. – Dile que Nevan está bien, al igual que Emily. – el beta le gruño. – Y pídele que no me vuelva a llamar.

-¿Dónde estáis? Tú me das igual, como si te devora un tiburón, no me importaría. – todo su cuerpo temblaba. – Dime dónde están, por favor. No diré nada, dime dónde están, para ir a buscarlo.

-Yo soy el único que puede protegerlos, idiotas como vosotros solo habéis conseguido hacerle daño. – Scott se quedó en silencio, quería pensar su respuesta. – Lo cuidaré bien, no te preocupes, se darle lo que vosotros no.

-Nash, no hagas ninguna tontería. – su voz sonaba áspera. – Ni se te ocurra cometer ninguna locura, ni una sola locura.

-¿Quieres que te cuente lo que está haciendo Nevan en estos momentos? – su risa lo asusto aún más. – Duerme en nuestra habitación, tan plácidamente, parece un bebé.

-¿Qué le has hecho? –su voz sonó inestable. – Nash, no... por favor, se bueno, vuelve a ser idiota de siempre, no hagas nada, no le hagas daño.

-No vuelvas a llamarme, Scott... - el beta grito que se detuviera. – Adiós.

Celia se desmayó aquella noche, por la falta de comida y el sueño, Joe tuvo que llevarla a su hospital para cuidarla, mientras Scott se mantenía en el hostal para cualquier novedad. Lily se encargaba de las llamadas y él se encargaba de hablar con la policía, algunas personas solo llamaban para preguntar por Nevan, y cotillear sobre lo que le había pasado.

Rose estuvo sin hablar durante dos días, incluso cuando Runa insistía en que le dijera algo, la beta se quedaba en silenció mirando la fotografía que había sobre su escritorio. Nash salía junto a ella, eran mucho más jóvenes que ahora, tal vez tendrían dieciséis años o menos, no estaba segura. No se acordaba del día que se la tomaron.

Hasta el final del caminoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें