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Megumi llevaba arrepentida toda la semana. No debió aceptar el puesto de jounin, probablemente habría sido feliz si cursaba la academia ninja como el resto.

—Si, si, acepta ser jounnin, es una muestra de nuestra gratitud por tu enorme valentía ¡Blah! —golpeó el escritorio con su pie —¡Patrañas! Solo querían esclavizar a una pobre humana que odia las horas extras.

—Deja de quejarte ya, te van a aumentar el sueldo a diferencia de mi —bufo Shikamaru mientras transcribia la información.

Ya llevaban un tiempo con los preparativos del examen chunnin, pero iba con retraso. Incluso el día del cumpleaños de Boruto, ella tuvo que madrugar y entregar el regalo apenas salió el sol.

Cuando lo entrego, salió corriendo al ver que se le hacía tarde no sin antes darle un beso en la mejilla al hijo de su jefe.

Por la noche, se hizo de un discurso exclusivo para el hokage del "¿Por qué debo prestarle más atención a mis hijos y darle un aumento a mis subordinados para que me ayuden en lugar de hacerlo por mi cuenta?"

—Apuesto cien ryos a que no me tomó en cuenta y en lugar de dejar un clon aquí lo ha enviado a casa —dijo Megumi segura.

—¿Estas loca? No perdere dinero cuando sabemos que hizo caso omiso.

—Aburrido.

Fue Shikamaru el primero en entrar, sus suposiciones eran ciertas.

El discurso no sirvió de nada, puesto que, había enviado un clon a casa y les dijo directamente que "Había metido la pata", en realidad, no metió una, si no hasta las que no tenía.

Megumi puso los ojos en blanco mientras escuchaba hablar a los dos mayores.

¿Como fue que su padre permitió que fuera involucrada en todo eso?

—No puedo, los preparativos van con retraso y se encontraron ruinas de Zetsu blanco.

—Pese a que han pasado diez años de la. Guerra Mundial Ninja, que fastidio —se quejó Shikamaru.

—Esas cosas son como cucarachas, igual que los miembros del clan donde nací —comentó Megumi.

—Y no te equivocas —respondió una voz  conocida.

Un pergamino fue directo hacia Naruto, este lo atrapó rápidamente.

—Eso es del castillo de Kaguya.

—¡Sasuke! —exclamó Naruto.

Megumi hizo una mueca, el rubio terminó por sentarse en su escritorio para leer la información.

—¿A qué de refiere, papá de Sarada? —inquirió Megumi acentuando las últimas tres palabras para molestar al mayor.

—Tengo nombre, mocosa—contestó —Y me refiero a que me he encontrado con tu mejor amigo.

El rostro de Megumi palidecio, Shikamaru miró al Uchiha al igual que Naruto.

—¿Quien? —inquirió Nara.

—Ryōmen Satoshi, estaba ocupado sirviendo a Ōtsutsuki.

—Sasuke —mascullo Uzumaki al ver el semblante de su discípula.

—Hablemos más tarde de eso.

Megumi negó.

—Yo... Eh, tengo que volver al presupuesto, pero... —sonrió pese al leve temblor en su cuerpo —Espero que la información del clan Ryōmen vaya directo al séptimo, no quiero saber sobre ello —murmuró saliendo de ahí.

¿No sería bueno tener Boruterapia? Solo ver su cara y escuchar sus bromas seguramente la harían sentir mejor.

Shikamaru apareció frente a ella poco después.

—El séptimo dijo que estas libre de las horas extra, discutirá algunas cosas con Sasuke.

Hatake hizo una mueca.

—No será la misma lastima de hace años ¿O si?

—No lo es.

Ella suspiró mientras se levantaba de su lugar.

—Bien, no rechazare libertad de horas extras.

Salió del edificio sin tardar mucho y a media cuadra de ahí, se encontró con su terapia.

—Boruto.

—Megumi-san —saludó cambiando su semblante molesto a su habitual expresión suave.

—¿Camino a darle una lección a tu padre?

—Si.

—Dame un abrazo —pidió ella de la nada.

La cara de Boruto parecía tomar un poco más de rubor, pero no se negó, extendió sus brazos y Megumi lo envolvió con sus brazos.

Él, algo nervioso, puso ambas manos en su espalda media, pero poco a poco sintió que se calmaba, exceptuando por el implacable latido de su corazón.

—¿De verdad te gusto? —preguntó ella en voz bajita.

—Si, mucho.

—¿Aún con mis defectos?

—No veo nada de eso, solo peculiaridades dignas de admirar.

—Las peculiaridades de una persona, son importantes, es lo que la hace especial de cierta forma, pero... Mis peculiaridades, no son algo digno de mirar o apreciar.

Boruto se quedó callado por unos segundos.

—Eso debería decidirlo yo ¿No es así?

Megumi cerró los ojos con fuerza.

—Si...

Boruto pensó que era el momento idóneo ¿No era buena idea poner en práctica lo que le dijo Sarada?
Se alejó de Megumi un poco, ella lo miró a los ojos, estaban cerca.

Pero Hatake se alejó.

—Nos vemos luego, Boruto —habló antes se caminar en dirección contraria, casi tropieza con su propio pie, soltó una risa nerviosa.

Cuando se alejó lo suficiente, el color rojo llenó su rostro llegando hasta el cuello y orejas.

Esa cara bonita sería su perdición, definitivamente.






Esa cara bonita sería su perdición, definitivamente

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N/A:

Tremendo spoiler acabo de meterles, fue en alguna parte de este capitulo y no pretendo decirles.






C H I R U - 気が散る || Uzumaki Boruto x Fem Reader!Where stories live. Discover now