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P.O.V. Narradora
Era de noche en el centro, algunos grillos cantaban y la suave brisa movía los árboles, una noche bastante tranquila, los pocos faroles encendidos alumbraba la calle y parte de centro, todos estaban dormidos, a excepción de dos guardias nocturnos que vigilaban en la noche, uno recorriendo las afueras del centro, mientras que otro estaba en la recepción mirando las cámaras de seguridad.
El guardia nocturno que se encontraba afuera, notó a una persona tras las rejas, confundido se acerco para ver quien era y si necesitaba algo, tenía una gabardina color negro y un sombrero a juego que cubría parte de su rostro, definitivamente no daba confianza, y el guardia lo sabía.
-Disculpe señor... ¿se le ofrece algo? ¿Necesita ayuda?
-Sí, hay algo en lo que podrías ayudarme... _saco un gran fajo de billetes sorprendiendo al guardia_ abre.
-¿Qué?
-Abre la puerta y este dinero será tuyo _el guardia miraba con cierta desconfianza el dinero_ solo quiero ver a un familiar que esta adentro y no pude verlo...
-Señor, no creo que...
Aquella misteriosa persona, agregó otro par de billetes más.
-Seré discreto y rápido...
-Bien _sacó de su bolsillo las llaves y abrió la reja principal con suavidad para no levantar sospechas_
Cuando la misteriosa persona entró, el guardia volvió a cerrarla pero sin seguro esta vez, lo acompañó hasta la entrada, donde abrió la puerta llamando la atención del otro que miraba las cámaras de seguridad, quien al notar que su compañero no venía sólo, saco su gas pimienta amenazando con rociar al extraño.
-¿Qué diablos haces? _le preguntó a su compañero para después mirar a la otra persona_ ¿Quién es usted?
-Vengo a ver a un paciente _el guardia frunció el ceño_
-Si no se ha enterado, la hora de visitas ya pasó, tendrá que esperar hasta el próximo día de visitas.
-Como le dije a tu amigo..._sacó otro fajo de billetes y lo coloco en el mostrador acercándoselo al guardia_ Desactiven las cámaras y la puerta de seguridad del paciente Park Jimin.
El guardia miro al señor fijamente, el sombrero seguía tapando parte de su cara así que no era fácil verle, aquel sujeto volvió a mover el fajo de billetes frente a el.
-Vamos, será nuestro secreto...
El guardia miro a su compañero, este asintió mostrándole que también había recibido su parte, tentador, definitivamente tentador... rendido, tomo el fajo de billetes, fue al monitor y empezó a desactivar las cámaras.
