-Celia llevara un pañal de Emily, para presentársela. – le dijo Nash desde el baño. – Te tienes que quedar, al menos por dos días más, así que ella se encargará de ellos.

-Quiero que venga Travis a conocer a Emily. – se quejó de forma tierna. – Él también es su hermanito, cuando lo llevo a mi habitación, sin que Celia sepa nada, apoyaba su cabeza en mi tripa para escucharla.

-Travis no puede venir al hospital. – Nevan infló las mejillas indignado. – Tendrás que quejarte al doctor Corbin cuando venga, yo no puedo hacer nada.

-Podemos sobornarlo... - rio con maldad. – Seguro que hay alguna manera de hacerlo, se lo preguntaremos a Celia, ella lo conoce muy bien.

Nash escucho el plan de Nevan sin decir nada, él incluso había planeado como infiltrar a Travis sin que nadie se diera cuenta. Estaba asombrado por la imaginación que tenía el omega, era como una máquina creativa, le entraba la risa al pensar las caras de los doctores y las enfermeras, al ver que había ganado. A Emily se le dificultaba comer cuando él reía, y le respondía con un pequeño quejido que parecía más bien un maullido. Nevan volvió a concentrarse en ella cuando la noto enfadada, le gustaba que tuviera carácter de tan pequeña, aunque le daba miedo que tuviera ese carácter cuando fuera más mayor, por ahora no la iba a regañar. Ya que fue él quien la molesto en su comida.

Le pidió al alfa que cepillara su cabello antes de que vinieran de visita, no podía recibirlo de esa manera tan desastrosa, se darían cuanta de la siesta que se había tomado, incluso tuvo que dar la vuelta a la almohada para que no vieran las babas. Había sido un pequeño descuido que Nash había aprovechado para estar con Emily, sin ser amenazado por el omega, y sin el peligro de ser atacado por él.

-¿Cuándo falta para que vengan? – pregunto impaciente. – Emily ¿va bien vestida? Tiene su gorrito bien ¿verdad? Quiero que se den una sorpresa cuando vea cuanto cabello tiene.

-Los dos estáis bien. Falta media hora para que vengan, aún hay un poco de tiempo. Emily tiene el pañal y el body cambiado, después de mancharlo de leche.

-Le has dicho lo de los dulces ¿verdad? – asintió. – Menos mal, me olvide completamente, eres capaz de no decírselo para hacerme enfadar, al igual que el doctor Corbin. Los dos sois malvados.

Nevan le pidió a Nash ayuda para sentarse en el sillón, no quería recibirlos en la camilla, era demasiado incómodo para él estar sentado en aquel lugar, le gustaba más el blandito sillón que lo ayudaba a cargar mejor a Emily y poder apreciarla sin problemas. Nash le puso una mantita en los piernas para que no sintiera frio y cubrirlo un poco más, aunque en la habitación hacía una temperatura buena, no quería arriesgarse a que se resfriara por no estar atento.

-¿Falta mucho? – el alfa negó con la cabeza. - ¿Por qué tardan tanto? No me digas que se han perdido.

-Tal vez estén aparcando, Nevan, no seas impaciente. – era demasiado tarde para decirlo eso al omega. – Tranquilo, no tardaran mucho.

-Envíale un mensaje, a lo mejor les ha pasado algo... - Nash sonrió. – Es algo muy serio, van a conocer a Emily.

-Lo harán, no te preocupes, no creo que quieran perdérselo, han sido muy pesados con poder venir a visitarla.

Celia llamo a la puerta dos veces antes de entrar, era cuidadosa, como le había dicho Nash, aunque no podía ocultar el gran peluche que llevaba en su espalda, con la ayuda de Scott y Lily, ninguno de los tres le prestaba atención a los gestos de Nash. El peluche había sido una adquisición de último momento, no era culpa suya que cerca del hospital hubiese una tienda de regalo, el alfa debía comprenderlo. Además, no podían decepcionar a Nevan, se merecía un regalo más para su habitación, aunque no tenía ni idea de cómo cargarlo al coche para llevárselo. Celia se arrepentía de no haber llevado el del hostal, su coche era demasiado pequeño para llevarlo en la parte de atrás, además podrían multarla por hacerlo. Ya no había tiempo para arrepentimientos.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now