¡PlusSize!
Resumen | Es difícil maniobrar siendo la nueva novia del Capitán América. Tener a alguien de tal estatus como tu pareja es un gran ajuste cuando también estás luchando con tus demonios internos; se vuelve un poco demasiado. Parece que los ojos de todos están puestos en ti, y un día, finalmente te quiebras.
Todavía no tienes idea de cómo diablos te las arreglaste para conseguir al Capitán América como tu novio. Tu mejor amiga jura que fuiste monja en una vida pasada porque esa es la única explicación probable de que estés con Steve Rogers ahora. Tú y Steve no habían estado saliendo por mucho tiempo, solo unos seis meses, pero había sido tan surrealista. Steve Rogers era en efecto un hombre de otro tiempo. Un perfecto caballero. Hizo todo lo que los chicos de hoy en día ni siquiera pensarían. Él mantuvo tu puerta abierta, espontáneamente te envió flores, te dejó pequeñas notas de amor y te colmó de besos.
Honestamente, era uno en un millón a tus ojos.
Tu Stevie.
Pero lo que te mantiene despierto es ¿por qué Steve Rogers estaba contigo? Él podría tener a cualquiera; te refieres a cualquiera , y aun así te eligió a ti .
Era una pregunta, entre muchas otras, que te empujaba y te sacaba del sueño. Era algo que lo dejaba inquieto en medio de la noche mientras paseaba por los pisos de su apartamento, devanándose el cerebro en busca de respuestas. Steve fue increíble, realmente lo fue, pero dudaste. Vacilante porque un chico tan bueno no podría estar interesado en ti. Se sintió como una broma. Ningún hombre te ha tratado nunca de la forma en que lo ha hecho Steve, por lo que no supiste cómo reaccionar de manera diferente. Y no fue porque él fuera el Capitán América; eso fue una ventaja, por supuesto, pero fue porque no habías encontrado un solo defecto en Steve en general. Tu novio parecía impecable, mientras que tú sentías todo lo contrario.
Steve era aficionado y cincelado; te recordó a un dios griego que admirarías. Sus bordes afilados y planos duros eran una clara diferencia de lo redondo y curvilíneo que era tu cuerpo. Tu cuerpo estaba lleno de estrías y la celulitis tiraba de tu cuerpo. Cuanto más tiempo estabas con Steve, más dolorosamente consciente de lo diferente que eras. Habías notado cómo la gente los miraba a los dos juntos; parecía como si chocaran como pareja. Las miradas perplejas y las risitas al pasar te pesaban mientras las quitabas con un suspiro. Sentiste que la presión aumentaba sobre ti, y la vieja inseguridad se abrió paso a garras desde las mazmorras en las que habitaban.
Podrías recordar haber conocido a algunos de los Vengadores por primera vez. Steve estaba tan emocionado de mostrar a su chica; había hablado de ti durante meses, y el resto del equipo se moría por conocer a su sol. Tú, por otro lado, estabas enloqueciendo por dentro, un manojo de nervios agotados. Tu ansiedad estaba en su punto más alto mientras te retorcías en tu asiento en el viaje en auto hacia la Torre de los Vengadores. Lo único que te calmó durante el viaje en ascensor fue la mano de Steve en la tuya y sus palabras de afirmación.
- No te preocupes, cariño, están muy emocionados de conocerte-
- ¿Y si me odian, Stevie?-
- ¿Odiarte? ¿Cómo podrían odiar mi sol? Haces que todo sea más brillante-
Conocer al resto de los Vengadores fue una experiencia angustiosa pero que cambió la vida. También te hizo darte cuenta de lo hermosas que eran las colegas femeninas de Steve. Sabías que Natasha Romanoff era hermosa, pero ¿verla en persona? Te permitió entender que tú y ella definitivamente no somos lo mismo. No es como si estuvieras celoso; era más un anhelo de ser como ella. Tenías envidia de la forma en que podía entrar en una habitación y todos los ojos estaban puestos en ella. Ella era cautivadora. También te diste cuenta de lo fácil que podía hacer que Steve fuera suyo, lo que conmocionó tus nervios más de lo que te gustaría admitir.
