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Cuando ambos llegaron ahí la sala de juntas ya todos estaban dentro, inmediatamente todos guardaron silencio, algunos sonriendo levemente.

—Acertamos—dijo, ignorando todas las miradas acusadoras—, vivió cerca de cada escena del crimen.

—Robaron un radio de una construcción recientemente—murmuró Reid una vez tomó asiento.

—Pudo ser Roy—comentó su mejor amigo. —Sólo usábamos UHF entonces.

—Está buscando ayuda—Guideon miraba fijamente al contrario.

—Y creo que trata de contactar al comando de operaciones.

—Detective, ¿puede instalar varios radios UHF en este lugar? Cada uno sintonizando cada una de las frecuencias establecidas.

—Enseguida—respondió a Hotch.

—Un momento—comenzó Max. —Cuando llame, hay que tener mucho cuidado con la comunicación, porque tenemos respuestas específicas para contactar al comando para evitar intercepciones hostiles y establecer señales inocuas. Teníamos nombres específicos para identificar al operador del escuadrón.

—¿Recuerda el lenguaje que usaban?—preguntó Guideon.

—No podría olvidarlo—murmuró. —Roy y yo lo escribimos, la llamada era "habla Jhon Doe buscando a Rippen", Rippen era nuestro héroe entonces, número once mariscal de los pieles rojas del noventa y tres.

—Ya sabemos donde está su mente. Si llama estaremos del otro lado de la línea.

—¿Qué y si no llama? ¿Y si mata a alguien más?—preguntó el detective.

—Lo enfrentaremos si eso pasa.

—Es fácil para usted decirlo—bramó el detective. —Puede ser que esté perturbado pero no cambia el hecho de que mató a cuatro personas inocentes. ¿Por qué no mejor lo buscamos?

—Si lanza una búsqueda y enfrenta a uno de sus hombres, tendrá que planear un funeral.

Reid tragó saliva fuertemente, e inconscientemente, miró de reojo al moreno, quien lucía demasiado pensativo, mirando hacia los papeles frente a el, disponibles encima de la mesa.

—Le garantizo que acertamos en su perfil—el tono juguetón de Guideon, al parecer, trajo de vuelta a Morgan, quien se reacomodó en la silla, Reid no dejaba de mirarlo y el moreno se dio cuenta, e inmediatamente, era más interesante la hebra dd su sueter. —Éste hombre requiere que lo rescaten, sólo le pido que nos de la oportunidad de hacerlo.

—Está bien—concordó, después de analizarlo durante un momento. —Lo lamento.

—No se preocupe, cada uno tiene diferentes perspectivas, no significa que haya una mala—respondió. —JJ, habla con García, debe de localizarlo rápido y estar atenta.

JJ asintió sin miramientos, inmediatamente, la voz de García sonó a través del teléfono.

—¿Lista García?

—Tengo satélites por todo el distrito.

—Alerta.

Segundos después de escuchar ruido blanco, una voz estresada y desesperada, apareció.

—Habla, John Doe, buscando a Mark Griffing.

—¿Quiere ayudarnos?—preguntó Guideon al mirar a Max. —Usted sabrá hacerlo mejor.

El antes mencionado no dijo nada, simplemente tomó el radio como duró haciéndolo mientras estaba en el ejército.

—Entendido, habla el número once, libre.

𝑫𝒆́𝒅𝒂𝒍𝒐 (𝑴𝒐𝒓𝒆𝒊𝒅)Where stories live. Discover now