1; fluctuar

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Spencer Reid no entendía lo que le estaba pasando, había dado lectura a diversos libros sobre psicología o de enfermedades mentales y llegó a la conclusión que no había nada de malo en el, sin embargo, su mente no le podía dar una razón a por qué cada vez que Derek Morgan se le acercaba sonriendo con chulería, con esa mirada intensa color chocolate y con ese atractivo que se cargaba, su cara se sentía enrojecer, sus nervios se disparaban y los latidos de su corazón iban a mil por hora, hasta pidió una cita con el cardiólogo, pero al hacerse estudios, el doctor le dijo que no padecía ninguna enfermedad del corazón.

Claro que no le dio la razón, siguió con sus investigaciones por su cuenta pero seguía con lagunas mentales que lo estaban empezando a desesperar.

En ese momento eran aproximadamente las 2 de la mañana, estaban todos los del equipo, excepto Gideon, en un bar.

Por un lado estaba Emily Prentiss sentada junto a Reid, frente a ellos, de espaldas a la pista de baile, se encontraba Aaron Hotchner, su esposa y Penélope García, solo que ésta tenía su cuerpo girado de tal forma que veía a las personas bailar.

Spencer no podía dejar de ver a Derek, bailaba de una manera muy sensual junto a una castaña despampanante que vestía ropa ligera. Dejando de lado a la chica, Reid se atrevía a decir que el moreno bailaba muy bien, sin embargo, a penas eso pasó por su mente, sacudió su cabeza, esperando que nadie haya notado su movimiento exasperado. Esto está mal, pensó.

Quitó la vista de Derek y la bajó a sus manos que sostenían un vaso con agua, estaba tremendamente incómodo, hubiera preferido mil veces el estar en una reunión amena con su equipo en alguna casa de ellos, pero todos querían salir a divertirse un rato, despejarse del pesado trabajo que les ahogaba en un mar de angustias, se pudo negar a ir, sin embargo, Jennifer le miró con esos ojitos dulces que tiene y no tuvo el corazón de decirle que no, y ahí se encontraba, soportando el ruido intenso que provenía de las bocinas, las luces de colores extravagantes y la sensación extraña que recorría su cuerpo por estar observando a Morgan bailar.

Todos estaban charlando de manera amena, Hotch hablando de algo acerca del trabajo que tenían por esos días con Prentiss y su esposa.

—Ese hombre se mueve como gato—dijo la tecnicista de manera sugerente, tomando de la pajilla que tenía en su vaso con licor, sin quitarle la vista a su compañero. Reid le dio la razón, mas no lo dijo en voz alta. Justo después de mencionar eso, su jefe y Haley, se levantaron de la mesa tomados de las manos.

—Pues ahora hay que enseñarle a bailar como se debe—Juntos se perdieron en el mar de gente que movía sus cuerpos al ritmo de la canción que sonaba en ese momento.

—Iré al tocador, que nadie toque mi asiento—pidió Penélope levantándose de donde estaba y mirando a la pelinegra de forma amenazante, se retiró de la mesa dejando solos a Reid y a Emily.

—¿En qué piensas tanto, Reid?—Le preguntó la de cabello oscuro, pues el más joven no había dicho nada desde que llegaron, lo cual era muy extraño.

Spencer estaba perdido en aquella escena que le ponía incómodo, también tenía un estrago de otro sentimiento pero no podía identificarlo. Derek seguía moviendo las caderas pegado a esa castaña, sonriéndole sensualmente, la chica le pasó los brazos por encima de los hombros, acercándose aún más, el moreno no se quedó atrás, pues colocó ambas manos en la cintura de la chica.

De no ser por la escasa luz de aquél lugar, su cara enrojecida hubiera quedado a la vista de todos por haber sido atrapado in fraganti pues su compañera de trabajo le propició un pequeño golpe sin fuerza en la nuca.

—¿Sabes? La pareja de Morgan es muy guapa, deberías ir a quitársela, las miradas no la atraerán a ti—mencionó Emily con tono lascivo.

Reid en ese momento quiso lanzar una carcajada pero supuso que sería sospechoso, así que se limitó a levantar los hombros con gesto indiferente.

𝑫𝒆́𝒅𝒂𝒍𝒐 (𝑴𝒐𝒓𝒆𝒊𝒅)Where stories live. Discover now