11; áspero

1.1K 72 12
                                    

—Los detectives locales están coordinados con homicidios—siguió JJ, después del incómodo silencio que se originó por la extraña aparición de Reid— Las bandas son un gran problema, tiroteos, robos armados, eso sucede a diario pero ésta clase de ataque es nuevo para ellos.

A la vez que su rubia compañera mantenía a todos atentos con la explicación que daba, la mirada de Morgan se desvió a Reid. No le importaba si era demasiado obvio el observarlo, pero a leguas se notaba la clara falta de atención del menor, lucía inquieto, se removía de vez en cuando en su asiento, quedándose con la mirada perdida.

Hacía un par de días que no lo veía, ni siquiera habían contactado por llamada o mensaje, así que estaba un tanto desesperado por saber el cómo es que se sentía, estaba cien por ciento seguro que no había salido de su departamento, aislándose como de costumbre.

—¿Se relaciona con bandas?—preguntó Emily. —¿Algún nuevo rito de iniciación?

—Las bandas ahí usan armas, de hecho hasta donde sé, ninguno exhibe ese perfil.

—¿Y la droga?—Morgan cuestionó, mirando a Reid, y justo cuando posó su mirada en él, giró su cabeza hacia JJ— Se les ocurren formas extrañas de acabar con la competencia y dar su mensaje.

—Si pero, no parece haber ninguna conexión entre las víctimas y la droga.

—Un vagabundo, un instructor, un guardia de seguridad—habló Guideon.

—Tres hombres muertos y ningún testigo.

—Buscamos a un criminal homicida serial en un vecindario habitado por criminales, el reto será separarlo a él del resto—Hotch dijo.

—Pero no hay evidencia ni una aparente interacción entre el ignoto y las víctimas pre o post mortem—Reid comenzó a hablar, sin despegar la mirada de la mesa frente a él, Morgan se dio cuenta que los ojos de todos los del equipo, le prestaron atención a penas mencionó la primera palabra, como si no pensaran que fuera a hablar. —Y hay un móvil indistinto, debe ser simple.

—Bien, los veo en el jet en quince minutos—mandó Hotch, para después levantarse.

Reid, se levantó de inmediato de su silla para después salir, Morgan no esperó más y lo siguió. No quería causar un alboroto al empezar a gritar que se detuviera, así que sólo se mantuvo detrás de él a paso rápido.

Entró al sanitario de hombres justo antes que Reid le cerrara la puerta en la cara, se dio media vuelta y colocó el pestillo.

—¿Te encuentras bien?—preguntó sosteniéndole la mirada, cosa que no duró mucho pues el menor le dio la espalda.

—Si, excelente—respondió sarcásticamente.

—Reid, ¿dormiste siquiera?—silencio. —¿Cuándo fue la última vez que dormiste más de tres horas?

Spencer murmuró algo demasiado bajo para el oído del moreno, así que se atrevió a acercarse más.

—¿Qué has dicho?

—No he podido dormir, Morgan—dijo, inclinándose sobre el lavabo apretando sus ojos con fuerza. —Apenas cierro los ojos, me entra el pavor de despertar en esa cabaña helada.

𝑫𝒆́𝒅𝒂𝒍𝒐 (𝑴𝒐𝒓𝒆𝒊𝒅)Where stories live. Discover now