capítulo treinta y tres

Start from the beginning
                                    

—¿No te molesta el pelo? —Tighnari se acercó a él y le quitó el flequillo de la cara—. Estás todo sudado.

—Lo sé. No es bueno darse carreritas de aquí para allá en pleno verano. Y en el bus hacía un calor que flipas —Cyno le dejó recoger su cabello. Resulta que Tighnari había adoptado esa costumbre desde el día en el que se había colocado con una magdalena.

—Tampoco tenías por qué darte prisa —el peliblanco lo contempló en silencio antes de sonreír.

—Tighnari, pareces su madre —le dijo su hermana. El mencionado se sonrojó y se separó de Cyno de golpe. «Menos mal que ya había terminado», pensó. No quería que su pelo fuera un desastre.

—Sabes que le hago eso a todo el mundo —se quejó. Su hermana soltó una carcajada.

—Eso no cambia el hecho de que pareces una madre.

—A mí me gusta que lo haga —intervino Cyno de repente—. Es un gesto bonito.

El sonrojo le llegó hasta las orejas, y para detener la conversación, Tighnari se dio la vuelta. No necesitaba escuchar más.

—¿No queríais ir a un parque? Pues vamos y nos dejamos de tonterías —los mejores amigos intercambiaron miradas, cómplices, antes de darse la mano.

—Vamos a acabar con las manos sudadas, que lo sepas —le advirtió Cyno.

—Da igual.

—Te queda bien la coleta.

—Yo estoy divino con cualquier cosa.

Los tres se dirigieron al parque a paso lento. Tighnari iba por delante, más concentrado en el camino que en las personas que caminaban justo tras él, quien en algún momento habían empezado a contar cotilleos de personas a las que ambos conocían.

—¿No te has enterado? Layla le estaba tirando los tejos a Yae —le contó Cyno a su mejor amiga—. Y he escuchado por ahí que ha conseguido algo.

—¿Pero Yae no tenía novia? —preguntó ella.

—Sí, pero en ningún momento te he dicho que Ei no estuviera incluida.

—¿Han hecho un trío? —Cyno asintió con su cabeza.

—Eso dicen los rumores. Aunque no sé yo qué creerme. Eso de tirarse a una empresaria y su mujer... Hay que tener huevos —y eso que Layla jamás había mostrado especial interés en otras personas. Como era una investigadora implicada, nadie habría imaginado jamás que iría tras Yae, una editora importante en el mundillo de la literatura y tras Ei, una gamer famosa con la que estaba casada y que era, además, la hermana mayor de Scaramocuhe—. Y pensar que hace unos meses esa mujer estaba haciendo de modelo en la universidad. Es que no me lo creo.

—¿Y cómo se entera la gente de esas cosas? —Collei frunció el ceño. Todo el mundo siempre estaba al día de la vida de los demás y ella no se enteraba de nada.

—Resulta que el novio de Scaramouche es el mayor de los cotillas y va por ahí contando cosas que no debe —cuando Cyno se dio cuenta de lo que acababa de decir, ya era tarde.

—¿Scaramocuhe tiene novio? —preguntaron los hermanos casi al unísono. El pobre que había soltado información que no debía tuvo que retroceder para no sentirse demasiado presionado.

—No tan alto, por favor... Se va a enterar todo el mundo —rogó Cyno—. Haced como que no he dicho nada. Simplemente se me ha escapado.

—¿Cómo sabes tú eso? —le preguntó Tighnari.

El verde de mi primavera ♡ CynonariWhere stories live. Discover now