Le había tomado varias fotos a escondidas, mientras Scott lo vestía, Nevan parecía estar tranquilo, aunque siempre cubría su vientre con sus manos, necesitaba proteger a su bebé de cualquiera. Incluso cuando él dejaba que alguien tocase su vientre, su instinto de protección estaba siempre activo.

Fue pasando imagen por imagen, muchas fueron hechas sin el permiso de Nevan, si él se enteraba podía pensar que estaba obsesionado con él. Tenía fotos del omega con los gatitos, sobre todo con Travis, el gato ocupaba gran parte de su carpeta de fotos. El proceso de la casita también estaba completamente fotografiado, Nevan con las manos llenas de pintura, incluso en el rosto, el bote de pintura estallo cuando intento abrirlo, Celia tomo las fotos del momento. Ambos reían, eran momentos felices, hasta que tuvieron que bañar a los gatitos, los cuales mancharon sus patitas y rostro con la pintura.

-Nevan se enfadó porque no le dejamos bañarlos. – sonrió al ver la foto del omega. – Estuvo toda la noche enfadado, no quería ni hablarnos.

Nevan estaba sentado en uno de los sillones con los brazos cruzados, el omega se ducho rapidísimo para poder bañar a Travis, incluso olvido de secar su cabello, para ir con el gato. Pero Celia ya lo había duchado, a él y a sus hermanitos. Solo quedaba Dama, que no sé dejó bañar por nadie, Nash termino con arañazos por los brazos.

Kimba se acercó a él de manera coqueta, sin hacer ruido. Nash estaba pendiente de su móvil, así que no sé dio cuenta hasta que la gata se sentó sobre él.

-Entonces, si quieres conocerlo ¿verdad, Kimba? – la gata no se movió, seguía resentida por las palabras del alfa. – Mira, aquí Nevan se había dormido mientras dibujaba, Celia lo cubrió con una manta para que no tuviera frio, no pudimos despertarlo. Lo cuide hasta que se despertó. – sonrió. – Travis se apodero de sus brazos, creo que piensa que es su otra mamá.

Nash le enseñaba las mejores fotos a Kimba, aunque todas le parecían hermosas, incluso las que salían desenfocadas, debía tener cuidado para que no lo descubriera. La gata se durmió en sus brazos mientras le contaba sus historias, algo que al alfa no le importó.

-Este fue el día que lo conocí. – se le formo un nudo en la garganta. – Al fin pude encontrarlo, Kimba. – acarició su cabeza con delicadeza. – Vi la tristeza y el miedo en sus ojos, tuve ganas de llorar. Jaxon lo había roto del todo, Kimba.

Termino durmiéndose, las fotografías se terminaron, fueron los cuatro meses más felices de su vida. Rose pensó que estaba loco cuando le informo que iba a ir a buscar a Nevan, para cuidarlo. Prometiendo no enamorarse de él, algo que no cumplió.

Rose llegó junto a Runa, ambas habían quedado para ir a unos recreativos para pasar el día. Nash roncaba sin pudor en el sofá, Kimba se había alejado de su lado, ya que no podía dormir, esperando a su dueña escondida en el armario.

-No te dejo dormir, mi niña... - la gata se hizo una bolita en sus brazos. – Quieres que lo regañe, se apodero de tu sofá de nuevo, el muy ruin.

-Sería mejor que lo dejáramos dormir un poco más, amor. – Rose aceptó su proposición. – Al menos, hasta la hora de la cena. Creo que no durmió durante la noche.

-Volvió mi ordenador loco, cielo. – refunfuño, acariciando la cabeza de Kimba. – Leyó y releyó los mensajes de Nevan, mientras insultaba a Jaxon, tuvo que ponerme tapones en los oídos para no escucharlo.

-Deberíamos intentar comunicarnos con ese alfa. – Rose le lanzó una mirada amenazadora. – O tal vez, es mejor esperar ¿verdad, amor? – la beta asintió.

Kimba se sentó en las piernas de Runa para que la acariciara, antes de dejarla ir a la cocina con Rose, la gata la había adoptado como dueña. Aunque era mucho más cariñosa con Rose, ella tan solo comprobaba que la alfa siguiera siendo la misma, después se escondía en la camita que había en su rascador, hasta que le llevaban la comida.

Hasta el final del caminoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ