Historias Destiel

𝙱𝚎𝚊𝚞 𝚡 𝙲𝚊𝚜𝚝𝚒𝚎𝚕

Ship: Beau x Castiel. Ojalá les guste. ❤️

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En la redada de la casa Mckenzie, dónde debían detener a un traficante prófugo, el sheriff Beau Arlen, dejó que su compañera Jenny Hoyt fuera quien atrape al maldito en la sala.

Pero un poco después escucharon ruidos del sótano de la casa, no era descabellado pensar que el traficante podía tener un cómplice o dos.

Con una seña silenciosa, el sheriff sacó su arma y comenzó a caminar por la casa, con toda la intención de catear y asegurar el lugar, hasta que la otra patrulla llegase.

Escuchó un ruido a su espalda, y de inmediato se volteó para encontrarse, a lo lejos, en el pasillo, con un hombre de ojos muy azules, cabello negro desordenado, gabardina y corbata mal atada, que lo contemplaba con sorpresa.

-¿Quién es usted? Identifíquese.- el sheriff le exigió sin bajar el arma

¿Por qué tenía una sensación de que el sujeto frente a él no le haría daño?

-¿Dean?...-

Un tercer hombre apareció a sus espaldas, pero esta vez, el maleante le disparó al sheriff, haciéndolo caer al suelo

-Hijo de perra...- Murmuró con dolor, intentando incorporarse con su arma

Pese a que llevaba chaleco antibalas, estaba seguro de que la bala había impactado en una costilla, rompiéndola, y a su vez, ésta se estaba clavando en su pulmón.

Sintió la sangre filtrándose y comenzó a ahogarse.

-¡Dean!.- el desconocido de la gabardina corrió hacia ellos, mientras el tirador seguía disparando al hombre de ojos azules

Ninguno de los dos hombres cabían en su propio asombro cuando vió que el sujeto seguía andando como si nada, aún cuando prácticamente le había vaciado el cargador encima.

El desconocido tomó el arma del sujeto, y colocó dos dedos en su frente, provocando que este cayera inmediatamente dormido.

Volteó y se encontró con la mirada adolorida del sheriff, que estaba jadeando y escupiendo sangre.

Se apresuró a llegar a su lado, de inmediato le quitó el chaleco antibalas, el sheriff solo gruñía con dolor.

Emily... Pensó en su hija... A sabiendas de que no viviría para contarlo...

Miró una última vez a los ojos azules que lo miraban con un sentimiento que no supo describir.

Se sintió cobijado en los profundos océanos que lo observaban con devoción y adoración, mientras cerraba los ojos. Se sentía tan etéreo, tan cálido... Que no parecía humano... Parecía un...

-Ángel...- susurró antes de caer inconsciente.

El sujeto de la gabardina sonrió tenuemente, mientras la curación había sido completada, al punto que ni siquiera quedaron manchas en la ropa del sheriff

Castiel acarició con cierta timidez, el cabello del hombre que aún estaba inconsciente, pero sano, entre sus brazos.

-No te muevas.- una voz femenina le habló

Él volteó su rostro, sin ningún tipo de expresión, simplemente contemplandola en silencio.

Jenny miró a su compañero inconsciente en los brazos del hombre, y frunció el ceño.

Había mucho que explicar.

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