Despues de tantas muertes y heridos, Izuku Midoriya derrotó a su mas grande enemigo, pero el mal jamas se queda sin hacer nada, con sus ultimas fuerzas mandó al heroé Deku a otro mundo, un mundo donde, los quirks no existen, ahora el buscará una man...
El cielo que anteriormente estaba despejado había cambiado, como si la madre naturaleza lo supiera demostró su tristeza y disconformidad ante la situación, un cielo nublado y algo oscuro se presentaba ante la ciudad. Ahora mismo nos encontramos en lo alto de una azotea donde una silueta estaba parada en la orilla, el viento le agitaba su larga cabellera oscura mientras un par de lágrimas bajaban por sus mejillas.
- Hazlo, hazlo maldita sea, todo terminara rápido si lo haces –Pronunció una joven, que ante el tono de su voz podía escucharse la desesperación, preocupación y dolor que tenía.
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Sus cabellos eran de color negro y estaban atados en una coleta de caballo gracias a una cinta rosada, mientras dos mechones de cabello se encargaban de enmarcar su rostro, hermosos ojos color avellana siendo opacados por los brotes de lágrimas que no paraban de desliarse por sus mejillas y que al mismo tiempo eran fastidiados por algunos moretones. Su ropa constaba de un suéter de cuello alto color beige el cuál delineaba una silueta bien cuidada, llevaba una falda negra cuadriculada de franjas rojas y en su pierna derecha podemos verle una rodillera de color negro, como calzado usaba unos zapatos deportivos rojos.
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Por su mente aparecieron imágenes asquerosas que le hacían apretar los puños con cierta desesperación, ella en el suelo mientras ese hombre estaba encima golpeándola una y otra vez. Los motivos de la golpiza eran de lo más estúpidos de lo que alguien con sentido común creería.
- ¡SOLO HAZLO SHIHO SUZUI, DEJA DE SER UNA MALDITA COBARDE Y HAZLO! –Gritó para sí misma intentando dar un paso, pero al no sentir el suelo bajo sus pies se acobardo y se abrazó a si misma- No puedo, simplemente no puedo –Decía la joven llorando con desesperación, sin embargo las imágenes no dejaban de atormentarla, pasando de los golpes a toqueteos- Basta, basta, no quiero esto, basta por favor Kamoshida-sensei, solo... solo basta –Lloraba la joven, sintiendo un gran peso encima de sus hombros.
¨SHIHOOOOOOOO ¡ESTÚPIDA!¨
¨MALAGRADECIDA INGRATA, ME DIJISTE QUE CONVENCERÍAS A TAKAMAKI-SAN PARA QUE SALIERAMOS¨
