Capítulo 21

2.6K 277 8
                                    

Llevaba cerca de dos meses en la ciudad.
Me gustaba poder pasear junto a mi hermano, hablar referente a lo que hemos vivido el tiempo que hemos permanecido separados cogidos de la mano.
Al parecer a mi hermano le va todo de maravilla y eso me hace de sentirme orgullosa.
Mientras yo espero la oportunidad para hablar con Salim para continuar con mi vida.
O mejor dicho. Empezar desde cero, puesto que ahora nada es lo mismo para mí.

Siguiendo el protocolo, debo esperar hasta el martes porque  es cuando él recibe personalmente a las personas que tienen algún problema.
Mientras tanto, voy visitando los importantes museos, voy a la biblioteca, salgo a pasear, voy de compras, al campo de fútbol para ver jugar a mi hermano.
Intento hacer lo posible para tener mi mente ocupada hasta que llegue el día que pueda tener audencia con el rey.

Temprano, tomo mi desayuno en el jardín antes de marcharme para la oficina que tiene instalada en uno de sus palacios.
Acompañada por Munir, llego al palacio pasando directa hacia la oficina de Salim.

Al entrar me noto nerviosa, camino contando los pasos hasta llegar al borde de una alfombra.
Intimidada por su mirada, balbuceo pidiendo permiso haciendo una pequeña reverencia.

— Buenos días, tome asiento por favor. — Con torpeza me acerco hasta un sillón de cuero tomando asiento manteniendo mi postura recta a pesar de estar muy nerviosa.
Estar de nuevo delante de él me hace sentir vulnerable azotando en mi corazón sentimientos ya olvidados.

— No era necesario que pudieras cita y mucho menos vinieras hasta aquí. Lamento no haberme puesto en contacto contigo desde mi regreso. Pero he tenido demasiadas obligaciones...y...

— No te disculpes Salim. Entiendo que ahora eres un rey y tú deber es mirar por los intereses de tú país.
Además, eres padre y marido, me imagino que tendrás una vida privada.

— Veruska. Quería habértelo contado yo mismo. Mi vida dio un giro, y en estos momentos ya no soy aquel príncipe que conociste.

— Han pasado cuatro años y medio Salim. Además, yo en estos momentos no sería la mujer indicada para ser tú esposa. Mi cuento de hadas terminó en el momento que esos desgraciados nos raptaron y a base de golpes fuimos sometidas a cualquier manipulación.
Por ello estoy aquí. Quería agradecerte el haberme rescatado de esa mafia. Me disculpo por la manera que me comporté cuando nos encontremos de nuevo la primera vez.
Estoy muy agradecida de que hayas cuidado y salvado a mi hermano de una muerte segura.
No tengo nada para darte como agradecimiento por todo lo que has hecho por nosotros.

— Veruska, no tienes nada que agradecer. Era mi deber cuidar de tí y de tú familia también.

— Eso fue cuando nos conocimos hace años, ahora mírate Salim, eres un rey. Un hombre con muchas responsabilidades, además...estás casado y tienes un hijo.
Debemos ser realistas, yo ya no soy aquella chica que conociste.
Hay demasiadas líneas escritas en mi piel, las cuales se pueden leer todo el maltrato que me visto obligada a padecer.

— No sabes cómo me gustaría poder echar el tiempo hacia atrás y haber conseguido convencer a tú madre para traerte conmigo. Aquí, a mi lado nada malo te hubiera ocurrido.

— Lo sé. Cómo también sé que si nos hubiéramos entendido quizás yo esté ocupando un lugar en el reino de tú corazón. — Salim se levanta abrochándose los botones de su chaqueta con un estilo que me deja impactada ante sus modales. Como un modelo camina hacia mí parándose a una distancia prudencial. Su mirada oscura se vuelve más tierna, con una sonrisa pícara hace que mi corazón galope en mi pecho.

— Veruska, — Salim se pone de rodillas agarrándome  con delicadeza mis manos.— Habibati,  creo profundamente en el amor verdadero e inmortal. Siempre he tenido la certeza de que en otra vida, nuestras almas se volverían a encontrar. Por supuesto con otro contexto, distinta cara y otra ocupación, pero siempre con la misma mirada y con el mismo corazón, pues este amor que nace dentro de nosotros es imposible borrarlo.
Te estado buscando durante cuatro malditos años, he recorrido medio mundo para volver a estrecharte entre mis brazos y encadenarte a mi cuerpo. Cubrirte con mi fuego mientras te beso, quiero poder respirarte, robarte el aliento impregnarse con tu olor, dejándote mi aroma.— Salim está muy cerca de mí, nuestros rostros están muy cerca uno del otro. Acaricio su rostro bajando por su cuello dándome cuenta que aún lo amo.
—Veruska, déjame poder acariciar con mis labios los tuyos, quiero que poder besarte para robarte tus suspiros mientras te observo con mis manos y te beso con mi mirada. — Quien puede luchar contra la atracción y el amor que siento hacia él.
Dejo que sus labios acaricien ligeramente los míos dejando que su húmeda lengua entre en batalla con la mía.
Sus besos son tan apetecibles y apasionantes que me enloquece su manera de acariciar mi cuerpo.
De mi boca sale por primera vez un gemido de placer. He estado con muchos hombres y ninguno ha conseguido hacerme perder la razón de esta manera. Aunque intente ponerse de acuerdo mi razón con mi cerebro, quien manda es mi corazón.

Forzada Para Complacer Where stories live. Discover now