-Está un poco frio... - le dijo al abrir el bote de gel – Sentirás tu vientre húmedo, pero no es nada malo. – sonrió – Respire profundamente y cuente hasta tres, cuando esté preparado le aplicaré el gel, señor Keller.

-¿Va a hacerme daño? – negó con la cabeza – Esa máquina ¿me hará daño? – volvió a negar – Entonces ¿Será el gel? Doctor Corbin, aún me duele la muñeca, Celia se ha negado a darme alguna medicina para el dolor, aunque le dijera que me dolía mucho.

-Que malvada que es ¿verdad? – asintió, al fin el doctor pensaba como él - ¿Estás listo? – Nevan cerró los ojos con fuerza y apretó su mano sobre la muñeca del beta - ¿Te duele? – el omega metió su barriga cuando noto el frio – Ya está, puedes abrir los ojos de nuevo.

-¿Seguro? – asintió, Nevan seguía apretando su mano sobre la muñeca del doctor – No me hará nada malo ¿verdad?

-No. – le aseguro – Ahora quiero que vea la pantalla a la misma vez que yo, no voy a hacerle daño. Tan solo pasaré el monitor por su vientre, avísame si nota algo extraño o quiere que me detenga.

En un primer momento no podía verse nada, Nevan estaba a punto de decirle que le había ganado, cuando el doctor Corbin se detuvo y movió el monitor hacía la izquierda, el omega sintió una pequeña descarga cuando lo hizo, apretó su mano para que detuviera y metió un poco más su barriga. Joe espero a que estuviera tranquilo para poder seguir, el omega parecía un niño pequeño en ese momento.

-¿Le hice daño? – negó con la cabeza - ¿Le estoy haciendo daño ahora? – el omega le dijo que no – Señor Keller, dime cuando fue momento más feliz de tu vida.

Nevan se quedó en silenció, no sabía si responderle a aquella pregunta. Joe no lo miraba, estaba atento a la pantalla.

-No lo recuerdo... - mintió, no podía decírselo, le haría muchas preguntas si le hablaba sobre Jaxon – No creo que sea importante en este momento.

-¿Se arrepiente de algo? – el omega le gruño, Joe dejó de hacerle preguntas - ¿Cómo se siente en estos momentos? Eso puede decírmelo, no se lo contaré a Celia, será un secreto.

El omega cerró los ojos, Joe seguía moviendo su mano sobre su vientre sin apenas rozarlo, su voz era tranquilizadora, pero sus preguntas le dolían demasiado. El doctor espero pacientemente a que le respondiera.

-Tengo miedo. – le confesó al fin, con miedo a mirarlo, seguramente ese hombre se burlaría de él por la respuesta – Tengo miedo de lo que pueda pasar a partir de ahora, tengo miedo de que haya un bebé en mi vientre, tengo miedo de estar solo, tengo miedo de que me vuelvan a abandonar. Tengo mucho miedo, doctor.

Joe detuvo la revisión cuando Nevan se puso a llorar, cuando retiro la mano de su vientre el omega se hizo un pequeño ovillos sobre la camilla, luchaba para poder ocultar su rostro. No quería que lo viera de aquella manera tan vulnerable. Era la primera vez que le confesaba a alguien que tenía miedo. Jaxon se reía de él cuando se lo decía ¿Cómo podía tener miedo, teniendo un alfa a su lado? Nevan también se reía, para ocultar su dolor. Siempre había tenido miedo, pero nadie lo veía, se burlaban de él. Así que empezó a ignorarlo, si no lo pensaba, ya no tendría. Pero siempre le perseguía allá donde fuera. Siempre tenía miedo.

-Nevan... - el omega no le respondió - ¿Me tienes miedo? – asintió - ¿Quieres que salga? Puedes quedarte aquí el tiempo que necesites – negó con la cabeza - ¿Por qué me tienes miedo?

-Si te lo digo, te enfadarás conmigo ¿no? – el beta le aseguro que nunca haría eso – Porque no sé si eres bueno o no, tampoco sé si de verdad quieres ayudarme o vas a aprovecharte de mí en cualquier momento, y porque... - trago saliva y se sonrojo – Sonríes mucho, eso no es bueno, nunca es bueno. Cuando alguien sonríe mucho es porque quiere hacerme daño.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now