Dulce Secreto [DraTake]

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El sol iluminaba las calles de Osaka anunciando la llegada de un nuevo día, fuera de un hotel de los alrededores había varios chicos recién bañados sentados en sus motocicletas listos para volver a casa y desayunar, podían hacerlo ahí, pero lo único que querían era llevar a Takemichi a su verdadero hogar para que se volviera a integrarse después de tanto tiempo a lo que era su vida.

-Es hora de volver- dijo Draken mientras acariciaba la mejilla de su Omega quien estaba sentado sobre su moto

-Estoy muy feliz- ronroneo Takemichi, sus mejillas tenían un ligero rubor

-¡A casa!-grito Hakkai feliz

Alegres iniciaron su camino de regreso a Shibuya, el aire fresco de la mañana llenada sus pulmones y esta nueva sensación los hacia gritar de felicidad por las avenidas sin importarles estar haciendo un escándalo y en su trayecto solo pararon en una tienda a comprar unos panques para llenar un poco su estómago.

Frente a la casa Kokonoi-Haganaki una manada reía a la par que bajaban todo su equipamiento que ocuparon para poder salvar al Omega, Inupi junto con Taiju fueron los únicos que recibieron un impacto de bala superficial, Hanma y Koko limpiaron las heridas para luego vendarlas en el hotel después del enfrentamiento.

-Podría comerme una vaca- dijo Taiju mientras acariciaba su panza

-Ahorita les prepararemos algo muy rico-dijo Inupi, quien normalmente

-Voy a avisarle a Fuyu que ya estas aquí-expreso Baji mientras se quedaba en la puerta y sacaba su celular para llamarlo

Draken camino tomado de la mano de Takemichi y lo guio hasta la habitación del pelinegro, nadie les dijo nada porque comprendían la necesidad del Alfa de llevar a su Omega al nido que había hecho con las prendas de ambos, además que lo marcara con su olor que desapareció casi por completo de la habitación.

Al estar en la puerta el Alfa del dragón tapo los ojos de más bajo para que fuera una sorpresa, Takemichi rio ligeramente ante esto y cuando pudo ver aquello sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Ven, lo hice para ti

Juntos se acomodaron en el nido y Draken comenzó a soltar sus feromonas dándole la confianza al ojiazul de hacerlo también, al principio tenía miedo porque vivo por meses con el temor de dejar salir su aroma a fresas con chocolate por las palizas que recibía y ante la falta de iniciativa de su Omega decidió hablar.

-¿Esta todo bien Michi?

-Tengo miedo- dijo apenado- Yo... siempre recibía palizas por mis feromonas

El corazón de Draken dolió ante lo dicho y abrazo a su pareja fuertemente, deseaba poder borrar todos esos malos recuerdos de él, sabía que eso no era posible así que comenzó a depositar suaves besos en su cabello, tomo las manos contrarias para besarlas y luego su rostro; primero sus labios tocaron su frente, sus mejillas, su nariz, sus cejas y por último se besaron.

-Te amo- susurro para acariciar su mejilla- Ahora que estamos juntos no voy a permitir que nadie más te lastime

-Me hizo mucho daño- pego su rostro en el pecho de su Alfa para llorar de nuevo

-Lo sé- de los ojos negros de Draken salían pequeñas lagrimas- Perdóname por no protegerte

-No es tu culpa-susurro contra su camisa

-Claro que lo es, nunca debí dejarte solo- su olor ahora era amargo, el lobo interior de Takemichi se retorcía incomodo, tenía que darle paz y apoyo a su Alfa

-Te amo- despego un poco su rostro de la camisa del chico del dragón y empezó a soltar sus feromonas

La tensión que cargaba en sus hombros por la culpa de la captura de su novio empezaba a desaparecer, aspiro profundamente intentando que se quedara en su mente grabado el olor, deseaba no volver a tener que recurrir solo a su recuerdo.