↝26↜

35 10 0
                                    


Joder.

No voy a responderle, no pienso hacerlo.

—Vamos Jenna, responde sin miedo, somos amigos, ¿no? —sonreiste y tomaste la mano que tenía libre.

Probé mi helado y suspiré.

—¿Por qué me haces esa pregunta?

—Porque quiero saber si sientes algo por mí todavía.

—Siempre sentiré algo por tí, Brandon.

La cara que pusiste fue de de complacido. No entendí para nada el porqué.

—Pero justo ahora, en este momento, ¿qué sientes? —soltaste mi mano.

—Justo ahora siento que somos amigos y... sólo siento amistad hacia tí.

—¿Pero? Porque siempre hay un pero.

—Pues sí, siempre hay un pero. Hay veces en las que al verte mi corazón late a mil, como por ejemplo cuando besas mi mejilla o me abrazas.

—Entiendo.

—Que bueno que entiendas, creo —fruncí mi ceño junto a una mueca.

—Dentro de algunos días será el día de acción de gracias, ¿qué harás ese día? —diste un cambio de tema bien rápido.

—Pues siempre hago lo mismo. En mi familia es tradición hacer reuniones junto a los vecinos y preparar galletas junto a otros postres, yo en mi caso recogería algunas ropas que ya no me quedan y las donaría a un orfanato, en el caso de mi hermano este año le toca regalar sus juguetes.

—¿Ya él no juega?

—Sí juega, pero vídeojuego todo el día, es puro Free Fire el niño —rodé mis ojos y tú reiste.

—Es algo normal lo de los videojuegos, bueno, a mí nunca me han llamado la atención, prefiero admirar chicas hermosas y pasar mi vida viendo la naturaleza y viviendo la realidad, esconderse en el mundo de los juegos no es la gran cosa —te encogiste de hombros.

—Para los que juegan si es la gran cosa, pero vamos, jugar es entretenido, a mí me gusta —dejo mi helado a un lado y apoyo mi barbilla en una de mis manos.

—¿A qué juegas? ¿A maquillar princesas?

—¡Oye! Es divertido —cruzo mis brazos.

—Lo sé, a Sol Ángel le encantaba. ¿A tí te gusta leer cierto?

—Sí.

—¿Qué lees?

—Novela juvenil, todo el tiempo, ah, y también fantasía, sobre gatos que se transforman en chicos sexys —subo y bajo mis cejas.

—Ahí el calabacín pervertido —me señalaste riendo.

—Tú también eres pervertido.

—Soy virgen, calabacín.

—¿Qué?

¿Había escuchado bien?

—Pensé que tú...

—No, jamás, sólo he sido se besos, ¿pero qué le hago? No ha llegado la indicada —sonreíste de lado.

—¿No se supone que las chicas son las que buscan al chico indicado para perder la virginidad?

—Sí, pero los chicos tienen sentimientos, ¿qué tal si me acuesto con cualquiera y termino enculado? Me romperían el corazón entonces.

—Muy cierto —asentí.

—¿Ves? —reiste—. ¿Y tú eres virgen?

—Pues sí —respondí sin vergüenza.

—Oh, dos amigos vírgenes, ¡genial! ¿Ahora quién da los consejos?

—El que primero lo haga —volví a probar mi casi derretido helado.

—¿Y si lo hacemos juntos? —te acercaste tanto a mí que tuve que retroceder, tú comenzaste a reír de manera incontrolable—. Era broma Jenna.

—¡Agh! —resoplé y te fulminé con mi mirada.

Tú risa era demasiado contagiosa, al final yo también comencé a reír.

No hagas esas bromas Brandon, por favor.

¿Recuerdas?✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora