VII

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"El Tiempo Dirá"

El sol teñía el cielo de un color naranja, y algunos podrían decir que ya se podía ver la luna a pesar de ser de día aún. Era el atardecer, y el grupo de los niños había llegado al Punto De Encuentro, donde se encontraban ya el grupo de las niñas, al parecer habían llegado antes.

—¡Oye bobo! —gritó Leaf, llamando a su hermano—. ¡Llegamos antes que ustedes! ¡Son un montón de Shuckles!

—¡¿Ah sí?! —respondió Gary a la provocación—. ¡Pues tú eres una...!

—¡Niños! —llamó la atención el profesor Oak—. ¡No quiero ni una sola pelea más! ¿Entendido?

Ambos asintieron con la cabeza desganados y dedicándose miradas asesinas.

—Muchachos —habló el profesor a su par de asistentes—. ¿Cómo les fue esta semana?

Paul y Lauren se miraron por un momento con una expresión de confianza.

—Debo decir que las niñas se integraban muy bien en cada actividad. —habló Lauren orgullosa.

—Los niños eran algo revoltosos, pero nada que no pueda manejar. —dijo Paul presumiendo.

—Entonces no tuvieron ningún problema, ¿verdad? —preguntó el profesor animado.

De nuevo, ambos adultos jóvenes se miraron con una leve complicidad y preocupación.

—Pues... sí, un par, pero... —decía Lauren nerviosa, recordando los asuntos con Serena el primer y el quinto día del campamento.

—Nada pasó a mayores, es lo importante. —interrumpió Paul, rogando porque no le recorten el sueldo.

—Hm, suena sospechoso... —el profesor arqueó una ceja, acto que ocasionó un escalofrío en el par de ayudantes—. Bueno, si no pasó nada importante, entonces está bien. —tras esto, el par suspiró aliviado.

Mientras tanto, los grupos de niñas y niñas iban conversando entre sí sobre todo lo que habían hecho en el campamento, contando historias graciosas, bromas, entre otros temas. Sin embargo, en ambos grupos había alguien que parecía no hablar con nadie más. Alguien que parecía buscar a otra persona en el grupo contrario.

—¿Y te acuerdas de lo que pasó con el Charmander? —rió un niño aleatorio—. ¡Gary se cayó de cara!

Todos los niños se rieron al recordar el suceso, para desgracia de Gary.

—¡Eso no es cierto! ¡Quería ver el piso de cerca! —intentó defenderse—. ¿Verdad Ash?

Volteó a ver a su amigo, el cual no parecía escuchar nada de lo que decían. Observaba al grupo de las niñas con mucha concentración, cosa que extrañó a Gary.

—¿Hola? ¡Tierra llamando a Ash Ketchum! —gritó, para ser ignorado por este.

Los ojos de Ash ahora reflejaban sorpresa y alivio, y una sonrisa se formó en su rostro. Había encontrado a Serena, quien parecía también estarlo buscando, se le veía muy angustiada. Tras un rato, ella lo encontró igualmente. Ambos se veían, quizás por última vez. Sonreían al principio, mas con el pasar de los segundos la sonrisa de Serena se volvió una mueca melancólica, la cual fue compartida con su amigo.

El mundo entero seguía en movimiento alrededor suyo. Habían niños jugando, niñas hablando, adultos observando, pero a ellos no les importaba el resto del mundo. Se veían mutuamente, contemplando una vez más los detalles en la mirada del otro, sin querer perderse ni uno solo para así poder recordarle tras la despedida. No les importaba el mundo, porque el mundo de ambos estaba en el otro.

Éramos Niños EnamoradosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz