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– Quizás debí escoger otra ropa para hoy. – Dijo entre risas nerviosas mientras bajaba el vestido que se le subía un poco cada vez que caminaban.

– ¿Por qué lo dices?, te ves hermosa. – Acercó su rostro hasta el arco del cuello de la más baja para dejar un corto beso – Además, el morado me gusta, combina con mis ojos. –

Podría jurar que su corazón estaba latiendo a mil, pero científicamente era improbable – Parece que el código de vestimenta no era de vestidos, no veo a nadie que traiga uno. – Lo miró de reojo buscando una reacción en él – Debiste haberme dicho. –

Puso una mano en la espalda de la chica para indicarle el camino – No tienes porqué lucir igual a las demás personas, solo quiero que destaques tú. – Le dedicó una última sonrisa para luego cambiar totalmente su expresión.

No acostumbraba en andar sonriente por la vida, su rostro serio y desinteresado era más característico de él. La llevó hasta una mesa que se encontraba bastante aparte de los demás, apartada incluso de su propio hermano – Ponte cómoda, iré por algo de beber, ¿qué quieres? –

Jugó con sus dedos del nerviosismo – Eh, bueno... ¿jugo podría ser? De cualquier sabor estaría bien. – Sonreía mientras lo decía, no estaba segura si eso se tomaba en las fiestas pero era lo único que había probado cuando salía a reuniones – Sin alcohol, por supuesto. –

– Cualquier jugo sin alcohol. – Asentía mientras entrecerraba sus ojos – Bien. – Caminó hacia la barra.

Mientras tanto, ________ se quedó sentada mirando sus dedos, le daba vergüenza hacer contacto visual con alguien y no saber que hacer, si sonreír, saludar o simplemente ignorar. Aunque también se le hacía raro estar todo el rato mirando sus manos, así que prefirió mirar un punto fijo. Tremendo susto que se llevó al notar quien se acercaba a ella.

– Hola, cuñadita. – En una mano llevaba un vaso con lo que parecía ser una bebida, y la otra mano la llevaba en el bolsillo del pantalón – Creí que estabas dormida, tanto que mirabas el suelo – Soltó una risa. Tomó asiento al lado de la chica y recostó su cabeza en el respaldo del sofá – Supongo que Rindou está buscando algo de beber. – Dio un bostezo algo corto, tenía sueño.

– Sí, hace no muy poco. – "Es mejor un conocido a que un desconocido", pensó – No sabía que también estarías aquí. –

El de trenzas sonrió – No, no podrías saberlo ya que mi hermano prefirió llevarte al otro extremo solo para mantenerte alejada de mí... como si yo tuviera segundas intenciones. – La observó unos segundos – Aunque si tú las tienes, yo no me hago problema. –

– Ya cállate. – Dijo Rindou detrás de él – Por esto mismo es que busco mantener la distancia. – Se interpuso entre ambos y se sentó al medio – Naranja-plátano, yo vi mientras lo hacían así que no tiene nada de raro. – Dejó el jugo sobre la mesa – ¿Quieres que lo saque? – Preguntó refiriéndose a su hermano.

– No, está bien, es amable conmigo. – Le sonrió – Gracias por el jugo. – Lo tomó y probó de él.

– Te lo dije, me estoy rehabilitando, esta vez seré el mejor cuñado en la historia de mi vida. – Miró a la chica – Cuñadita, no lo dejes beber mucho, luego se emborracha y no hay como llevarlo a la casa... yo no me hago cargo de borrachos otra vez. –

– Deja de molestar, hoy me comportaré como un caballero. – Reclamó el de mechas celestes.

– Eso no es nada. – Volvió a hablarle a la chica – En una ocasión me tocó llevarlo a su cama, y el muy descarado comenzó a sobrepasarse conmigo. – Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo – Uy, que traumas me llevé esa noche, ni dormir pude. –

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪWhere stories live. Discover now